Primer Aniversario de Nuestra Señora de Aguas Santas y Misericordia

José Rodríguez Cano. En el sevillano barrio de la Huerta de Santa Teresa, la Parroquia del Santo Cristo del Perdón guarda una joya bajo la milagrosa advocación de la Patrona de Villaverde del Río.

Un 13 de Mayo en Cova de Iría bajo de los cielos la Virgen María. Esto ocurría  en 1917, en presencia de unos niños pastores de Fátima, como también fue a un pastor llamado Juan Bueno, a quien la Señora se mostrara como Aguas Santas en el término municipal de Villaverde del Río, en una fecha que se pierde en la noche de los tiempos.

Desde el siglo XVI, Ntra. Sra. Santa María de Aguas Santas, era trasladada en numerosas ocasiones desde su Ermita villaverdera hasta la Santa Iglesia Catedral de la capital hispalense, siendo de las primeras advocaciones marianas del antiguo Reino de Sevilla.

Y un 13 de Mayo de 2012 se realizó la Sagrada Bendición de la Imagen Dolorosa de Ntra. Sra. de Aguas Santas y Misericordia, realizada por el Rvdo. Sr. D. José Manuel Martínez Santana, párroco del Templo del Santo Cristo del Perdón. Como una esperada aparición en la feligresía, la Virgen volvió a reunir a sus hijos para ser venerada como lo que es, la Madre de Dios.

La Sagrada Imagen, obra de Antonio José Martínez Rodríguez, recoge la gran devoción que la ciudad de Sevilla ostentaba por la Virgen de Aguas Santas, a la que imploraba su Misericordia, y que desde el pasado año, también lo hace como Madre dolorosa.

Lleva un año sedente en la Cruz del Campo, evocando desde allí, el preciado líquido necesario para la vida, como agua bendita, Aguas Santas, con las que se nos bautiza y con la que se nos rocías a la hora de la muerte.

Inundando de Aguas Santas colmadas de Misericordia, recuerda que el Perdón de Dios a través de la Crucifixión de Cristo, es eterno e inagotable, porque, al igual que la Patrona de Villaverde aparece sentada por ser conocedora de que le esperaban muchos siglos de reinado sobre sus fervorosos hijos, y así soportar años de pobreza y años de riqueza, tanto material como espiritual, en el Perdón permanece sentada con su dolor, para hacer comprender lo complejo de la vida, para que no se busque en su mirada un “por qué”, sino un “para que”.

Por eso, Madre, aquí tienes de pie a uno de tus muchos devotos bajo tu advocación de Ntra. Sra. de Aguas Santas, para que sigas guiando mi destino hasta que las piernas dejen de sostenerme y permitas caerme entre tus brazos.

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A Toni y Mikel.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.