Provincia. La Hdad. de la Vera Cruz volvió a alfombrar las calles de Lebrija para el Corpus

Arte Sacro.  Por primera vez en años, las calles de Lebrija han vuelto a estar alfombradas con flores y serrín de colores.

Para ello, los jóvenes cofrades de la Real e Ilustre Hermandad y Cofradía del Stmo. Cristo de la Vera-Cruz y Ntra. Sra. de Consolación trabajaron durante toda la noche del sábado para tenerlo todo listo al paso de Jesús Sacramentado.

Gracias a la colaboración del Excmo. Ayuntamiento y empresas de la localidad que cedieron los materiales, se pudo llevar a cabo tan agotadora como gratificante labor. Se alfombró parte del recorrido, concretamente la calle Cala de Vargas, colindante a la capilla de S. Juan de Letrán y la calle Trinidad, hasta llegar al Hospital de la Santa Caridad, de estrecha vinculación con la Hermandad.

Mediante combinaciones de colores y dibujos tanto a mano alzada realizados por algunos miembros del grupo como con moldes se pudo completar la tarea con motivos tales como, el escudo de la hermandad en la delantera del altar efímero, el escudo de la Santa Caridad, el símbolo del año de la Fe, la custodia, lemas como Alabado sea el Santísimo o el lema de la Hermandad, Toma tu Cruz y Sígueme.

Además de las alfombras, corrió a cargo del grupo joven el montaje de un altar efímero en el lateral de la capilla. Este, humilde pero montado con buen gusto mereció las felicitaciones del Ayuntamiento, la Hermandad Sacramental y muchos vecinos del pueblo que se acercaron a verlo.

Constaba de un cortinaje rojo recogido con lazadas con los colores de la hermandad, donde se alzaba un cuadro del S. XVIII representando a la Santísima Trinidad, cedido por una familia hermana. Delante de este, un banco alto con el sagrario del altar mayor abierto conteniendo al niño Jesús de la Santísima Virgen vestido de blanco. Sobre este sagrario el Viril que se enmarcaba entre las tres personas de la Trinidad.

A los pies la mesa de altar sosteniendo los consabidos atributos eucarísticos como uvas, pan, cáliz, evangelio o una palangana y un jarro de cerámica representando el lavatorio de los pies. Gracias a las cesiones de hermanos se pudo completar el altar con mantones de manila de gran antigüedad. Como nota a destacar, los cirios que formaban parte del altar estaban pintados a mano por los jóvenes con motivos como el escudo de la Hermandad y el logotipo del año de la Fe.

Fotos: Regina Monge Castro.