Provincia. Devoción tricentenaria a la Virgen de los Dolores de Santiago en Écija

 

Manuel Pinto Montero. Trescientos años de rezos de su pueblo de Écija lleva recibiendo Nuestra Señora de los Dolores desde que en 1713 fuese realizada la imagen en la Ciudad de Sevilla, de la cual llegó hasta la feligresía de Santiago en la histórica y bella ciudad de Écija. Por este motivo la Santísima Virgen de los Dolores paseó por las calles de su pueblo el pasado sábado 28 de septiembre en una gloriosa procesión que estuvo pendiente del cielo, ya que había probabilidades de lluvia que podían entorpecer la conmemoración.

Puntual a la cita las campanas de la torre de Santiago repicaban cuando el bello rostro de la Virgen de los Dolores abandonaba el Templo  tras atravesar el bello patio y salvar los diversos arcos y puertas que llevan a la Dolorosa de Santiago hasta las calles de su pueblo.  El cortejo estuvo encabezado por la Cruz de Guía de la corporación nazarena y compuesto por hermanos que con cirio acompañaron a la Dolorosa. Las hermanas pudieron lucir la tradicional mantilla. Cerraba el cortejo y acompañaba en el terreno musical la Banda de Música del Carmen de Salteras.

La bella talla de Nuestra Señora de los Dolores fue costeada, hace ahora trescientos años, por eclesiásticos y feligreses que la donarían a la Hermandad de la Expiración o de Los Estudiantes, como también es conocida en Écija, que la tiene como titular, procesionando cada tarde de Martes Santo. La Santísima Virgen eleva sus ojos al cielo mientras que resbalan por sus mejillas siete lágrimas. Para la efeméride la Virgen estrenó saya de terciopelo morado y bordada, así como manto liso de terciopelo morado realizado por el bordador local Jesús Rosado. En su pecho lució un magnifico puñal de plata que traspasa un corazón del mismo metal datado del año 1800. También portó el Escudo de Oro de la Ciudad de Écija que le fue impuesto el pasado 7 de septiembre dentro de los actos conmemorativos.

En esta gloriosa ocasión la Santísima Virgen de los Dolores fue portada por las tres cuadrillas de la Hermandad, la suya propia, la del Santísimo Cristo de la Expiración y la de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Misericordia. El paso de la Dolorosa de Santiago mantiene el estilo puro ecijano, aunque en la década de los setenta del siglo pasado se pensó en realizar un paso de palio. El paso actual  es de madera con exorno de orfebrería en metal plateado, tanto los respiraderos como la peana donde va la dolorosa. A sus pies, sobre la peana,  la Virgen lleva dos pequeños ángeles. Alumbran a la Virgen de los Dolores ocho candelabros de guardabrisas, dos en la delantera, dos en los laterales, dos más cercanos a la Virgen y los dos candelabros de cola. En la delantera porta una talla de Santa Ángela de la Cruz. Para la ocasión el paso fue exornado con rosas blancas y nardos.

La Hermandad realizó un amplio itinerario que llevaría a la Santísima Virgen a aquellos lugares donde estuvo al llegar hace trescientos años. Por ello visitó el Convento de Santa Florentina, donde tuvo cobijo la Santísima Virgen al llegar a Écija. Llegaría la Virgen hasta la Parroquia Mayor de Santa Cruz, donde se rezó la Salve ante la Virgen del Valle, Patrona de Écija. También visitó la Parroquia de Santa María atravesando el bello arco de la calle Fernández Pintado.  Minutos después la Virgen de los Dolores visitaba a las Hermanas de la Cruz llegando de nuevo a su feligresía de Santiago.

Pasada la media noche Nuestra Señora de los Dolores regresaba a su Templo, a su Parroquia de Santiago después de pasear por su pueblo de Écija en un día en el que parecía que nada era posible, y aunque algunas gotas cayeron a lo largo del itinerario, estas fueron lágrimas de sus devotos que desde el cielo contemplaban a su Virgen de los Dolores.

Fotos: Manuel Pinto Montero.