Entre exposiciones, dulces y belenes. Diario de Sevilla. Carmen González
Domingo, inicio del puente de la Constitución y víspera de Navidad. No es de extrañar que las calles de Sevilla estuviesen ayer llenas de gente, a pesar de que el sol no lució como el día anterior. Tres fueron los principales focos de atracción: la exposición De Herrera a Velázquez. El primer naturalismo en Sevilla, que se exhibe en el Hospital de los Venerables; la XII Feria del Belén, que este año se ha trasladado a la Plaza Virgen de los Reyes; y la Muestra de Dulces de los Conventos de Clausura, cita a la que acudieron muchos sevillanos tras un año de espera.
Muchos extranjeros que paseaban por el casco histórico eran ajenos a los acontecimientos que se celebraban ayer en la ciudad; se limitaban a mirar sus mapas y optaban por seguir las rutas que se habían marcado para el día. Sin embargo, muchos visitantes procedentes de otros puntos del país, sobre todo de Madrid y Cataluña, han podido aprovechar el inicio del puente para visitar expresamente la exposición o comprar figuritas de belén.
En torno a la una menos cuarto del mediodía, la cola para entrar en el Hospital de los Venerables no sólo cruzaba toda la plaza, sino que continuaba por la calle Jamerdana. Unas 200 personas querían visitar la exposición antes de que ésta cerrara sus puertas, y entre la multitud había muchos sevillanos que no esperaban encontrar tanta afluencia. Pero no todos entrarían antes de la una y media. Un matrimonio de Madrid criticaba el hecho de que la sala cerrase, "sobre todo por la cantidad de personas que están esperando para entrar", pero pocas salas de exposiciones abren también los sábados y domingos por la tarde, y el Hospital de los Venerables es una de ellas.
En la feria de belenes, los niños eran los protagonistas, algunos de los cuales asistieron incluso con sus panderetas. Por la mañana era difícil encontrar un hueco vacío en algún puesto, dado que se dieron cita tanto los sevillanos que habían esperado al domingo para poder acudir en familia, como los visitantes de otras ciudades españolas que este año, y dado el comienzo del puente, han adelantado su viaje a Sevilla. Así lo asegura Gloria Botonero, dueña de uno de los puestos, quien asegura que este fin de semana ha atendido a más gente que en el mismo fin de semana del año anterior. Entre su clientela también figuran muchos extranjeros por la singularidad de sus figuritas, "que se caracterizan por ser muy populares", y es que la feria de belenes era una atracción añadida para los visitantes que se dirigían hacia la Plaza de Triunfo para visitar los Reales Alcázares.
En este enclave turístico irrumpieron, pasada la una de la tarde, los independentistas andaluces, que como cada año celebraron el 4 de diciembre el día nacional de Andalucía. Lo hicieron a gritos de "independencia", "Andalucía libre" y "queremos un Estatuto de primera", entre otras proclamas, palabras que no entendieron muchos de los extranjeros que esperaban su turno para entrar en el Real Alcázar. Pero en la cola también había un matrimonio sevillano con dos niñas pequeñas. La mujer lamentó lo que estaba ocurriendo. "Andalucía nunca ha sido independiente, protestamos por el Estatuto de Cataluña y ahora vienen a reclamar otro para nuestra comunidad", criticó.
La manifestación culminó en el Patio Banderas, donde se pudo ver al presidente del PSA, Pedro Pacheco. El lugar escogido tal vez fuese aleatorio, pero fue un acierto si los convocantes querían llamar la atención, dado que era paso obligatorio para todo aquel que quisiera comprar dulces de los conventos.
La afluencia masiva estaba asegurada, porque ayer fue el primer día que los dulces se pusieron a la venta y éstos sólo pueden comprarse durante tres días. De hecho, la cola de interesados atravesaba a última hora de la mañana todo el Patio del Crucero, por lo que mucha gente, asombrada, se acercaba al punto de acceso y preguntaba la hora de cierre para poder acudir más tarde.
Los visitantes eran, fundamentalmente, sevillanos, cuando lo normal es que los domingos por la mañana, antes de que la Catedral abra sus puertas, accedan al Real Alcázar turistas del resto de España y de otros países. Ayer, en cambio, cuando el responsable que está a la entrada preguntaba a los visitantes hacia dónde se dirigían, la mayoría, por no decir todos, respondía: "A comprar dulces de los conventos".
Muy cerca, en la Plaza Nueva, se celebra la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, a la que tampoco faltaron ayer los sevillanos. Y es que el centro de Sevilla estaba ayer lleno de vida, en gran parte también porque abrieron muchos comercios, lo que contribuyó a engrosar las ventas de los bares de la zona. Sobre las dos y media de la tarde era difícil encontrar un hueco en alguna barra para tomar una tapa, e imposible hacerse con una silla para descansar un rato después de varias horas en pie, pero el ambiente animaba a quedarse en el centro.
Parecía que ayer era sábado y no domingo en las calles Tetuán y Sierpes, donde abundaban las bolsas de compra con motivos de Navidad. El Corte Inglés del Duque hizo de locomotora, como cabía esperar, ya que había clientes en todas sus plantas. Pero la que ayer cobró especial protagonismo fue la quinta, la de los juguetes, donde los niños gritaban, con los ojos llenos de emoción: "Mamá, mira, esto es lo que quiero para Reyes".
Lejos de la Plaza del Duque, pero no del centro de la ciudad, se ha celebrado durante estos días la Feria de la Apicultura, concretamente en los Jardines de Murillo. Ayer culminó dicho evento, que no ha dejado buen sabor de boca a todos sus participantes, sobre todo porque es un sitio muy transitado por extranjeros, cuando el público objetivo de la convocatoria de la muestra eran los sevillanos y los apicultores tanto de la provincia como del resto de Andalucía.
Otro de los puntos más turísticos de Sevilla, la Plaza de España, también fue ayer muy visitado. Los dueños de los puestos aseguraban que a lo largo de la mañana tuvieron más clientes que otros domingos, tanto nacionales como de otros países, y dentro de este último grupo destacó la presencia de portugueses. Estos turistas también presenciaron otra manifestación: la de familiares de guardias civiles que exigieron al delegado del Gobierno mejoras laborales para este colectivo.
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