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Doña María Coronel y el Rey Pedro I el cruel o el justiciero


 Antonio Rendón. En la calle Doña María Coronel, se ubica el Real convento de Santa Inés, es uno de los lugares de Sevilla, donde hay más leyendas, por metro cuadrado, y con más encanto. En él está enterrada, María Fernández Coronel, también conocida como doña María Coronel, fue una importante aristócrata sevillana fundadora del Convento de Santa Inés que fue una bellísima dama, de la nobleza sevillana, casada con Don Juan de la Cerda, descendiente de la familia Real de León. Juan de la Cerda fue condenado y decapitado por formar parte en una conspiración contra el trono de Pedro I llamado el cruel o el justiciero.  

María Coronel ya viuda, vivía sola y tranquila administrando sus bienes. Pedro I conoció a María Coronel y quedó prendado y enamorado de su belleza. El rey  persiguió durante un tiempo a María Coronel que huía de él allá donde se encontraba, pero una noche tuvo que huir de su casa por una ventana trasera, porque el Rey Pedro I se disponía a asaltar su casa, buscó refugio en un primer momento en la ermita de San Blas, existente en las inmediaciones de la Iglesia de Omnium Sanctorum, pasando posteriormente a refugiarse en el convento de Santa Clara, para eludir el acoso del Rey, pero este, entró disfrazado en la clausura de Santa Clara. Cuando María Coronel se vio descubierta, corrió a la cocina y sin pensarlo dos veces, cogió una sartén con aceite hirviendo que estaba en la cocina y se vertió en la cara y manos con la única pretensión de dejar degustarle al Rey. Pedro I  al entrar en la cocina y ver el rostro sangriento y quemado de doña María Coronel huyó despavorido. El rey arrepentido y presa del remordimiento ordenó a la Priora que cuidase de ella y que le diera cualquier deseo que tuviese. Doña María Coronel  pidió al Rey que le devolviera el solar y las casas que había arrebatado a su marido con el fin de construir un convento, a lo que el Rey  accedió construyendo el que hoy es el Convento de Santa Inés.    

En la calle de su mismo nombre se ubica el real Convento de Santa Inés, por lo cual los amantes de la tradiciones de Sevilla, podrán venerar el cuerpo incorrupto de Doña María Coronel en el coro de la iglesia, que falleció el 2 de diciembre del 1411 y se puede visitar todo los años el día 2 de diciembre y aprovechar la ocasión para contemplar sin prisa el templo conventual en el que Bécquer hizo famoso en su leyenda “Maese Pérez el organista”. Y como conclusión final adquirir en el torno los famosos bollitos de Santa Inés o cualquier otro rico dulce que elaboran artesanalmente las hermanas clarisas, es el perfecto broche  de oro, como final a una visita a la devoción, la historia y las leyendas de Sevilla.

 

Fotos: Antonio Rendón Domínguez.










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