Luis Ortega Bru - La Mano Izquierda de Dios

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Notas Biográficas

Detalles de su Obra Un Gigante llamado LOB

 

Vida, Obra y Muerte de un Bohemio

 

Desde el punto de vista plástico, y analizado como crítico de arte, el Domingo de Ramos tiene para Rafael Muñoz unas características muy especiales: el reencuentro con una de las figuras más importantes que ha dado la escultura religiosa sevillana en la última centuria, Luis Ortega Brú.

El cómo lleva su drama y su tormento hasta la escultura es un detalle jamás visto en la historia del arte religioso de nuestra tierra, tan sólo el cordobés Juan de Mesa, "el imaginero del dolor", se le puede comparar. Un proceso político que estuvo a punto de llevarlo a los campos de concentración y una vida angustiada por su manera de ser, le lleva a crear esa genial "terribilitá miguelangelesca" que posee el grupo escultórico de la Sagrada Cena.

Si tuviésemos que reflejar la personalidad tan desconcertante de ortega en alguna de sus obras, ésta de la Iglesia de los terceros, por su potencial expresionista, es única e irrepetible.

Muchos fueron los momentos junto al maestro en el taller de otro de los "monstruos sagrados" del arte sevillano como es Manuel Guzmán Bejarano, y muchos, también, los momentos de creatividad captados. Un espíritu tremendo e indomable que dejaba ver no sólo a un hombre con oficio, sino al artista con ideas propias.

En este grupo escultórico de la Sagrada cena, Ortega Brú nos nos expresa una posición mental ante el problema de la existencia de la que tenía un concepto terribilista, apocalíptico.

En las expresiones de cada Apóstol, encontramos angustia y dolor. Su sinceridad de sentimientos avasalla. las figuras se retuercen y congestionan; se enroscan como serpientes, penetrando un alma en la otra; la verdad sentida sobrepasa a la verdad observada.

En Este sobrecogedor Misterio, Ortega utiliza como nadie el estilo de los soñadores. Observen detenidamente, claven sus miradas en la portentosa figura de judas. El movimiento sorprendido en pleno acto. La figura se traduce en torsión, detalle que denuncia la suprema angustia del ánimo. En su cara de concentra el drama de manera alucinante, y las manos crujen, se crispan como las de un ahorcado.

La "Sagrada Cena" fue la gran obra póstuma para Sevilla, del más grande engendrador de figuras atormentadas.

Textos de Rafael Muñoz del Programa de Radio Voz "La Voz de la Semana Santa"

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