Recuerden. Hiniesta. Cultos al Stmo. Cristo de la Buena Muerte

Arte Sacro. Desde el lunes 23 de enero y hasta el viernes 27, la Hermandad de la Hiniesta celebra solemne quinario en honor del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, comenzando a las 20,30 horas, estando la predicación de estos cultos a cargo del Rector del Seminario Metropolitano de Sevilla, Antero Pascual Rodríguez, Pbro.

Los días 24 y 25 de enero, segundo y tercer día del quinario, se procederá a realizar la ceremonia de recibimiento y jura de reglas para los nuevos hermanos en el ofertorio del ejercicio del mismo.

El viernes 27, último día del quinario, finalizará con procesión claustral con Su Divina Majestad y solemne bendición sacramental.

El sábado 28 de enero, a las 18,30 horas, se celebrará el piadoso ejercicio del Vía Crucis por las calles de la feligresía.

Salida: 18,30 horas.

Itinerario: Plaza de San Julián, Duque Cornejo, plaza de Moravia, Pasaje Mallol, Santa Paula, Plaza de Santa Isabel, Siete Dolores de Nuestra Señora, Plaza de San Marcos, San Luis, Plaza de Santa Marina, San Luis, Plaza del Pumarejo, Aniceto Sáenz, Sorda, Macasta y Plaza de San Julián.

Entrada: 22,30 horas.

Cortejo: Abierto por la cruz de guía y dos faroles, seguido de hermanos portando cirios y estandarte. Se acompaña por la capilla musical de la Sociedad Filarmónica “Nuestra Señora del Carmen” de Salteras (Sevilla) compuesta por oboe, fagot y clarinete.

El día 29 se celebrará a las 12.00 horas Solemne Función en honor del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la predicación estará a cargo de Fernando García Álvarez-Rementería, Pbro, Párroco de San Julián y Santa Marina, y Director Espirirual de la Hermandad.

En estos cultos intervendrá la Coral Polifónica “Virgen de la Hiniesta”, dirigida por el hermano Antonio Portillo Nogueras.

El domingo 29 de enero, durante todo el día, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte permanecerá expuesto a la veneración de los fieles en devoto besapies que finalizará a las 20,30 horas, con el rezo del santo rosario por los hermanos difuntos.

Foto: Juan Alberto García Acevedo.