Arte Sacro
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¡¡ Oiga por favor!! Me dice usted cuando las bailan……Mariano López Montes


Mariano López Montes. En esta ocasión no me remontaré al pasado lejano ni a aquellas fotografías y revistas antiguas que son un fiel reflejo del paso de nuestra historia. En esta ocasión os quiero relatar una anécdota personal que me ocurrió hace cinco o seis años, una calurosa tarde de Lunes Santo. Me dirigía a la Calle Arfe a casa de mis amigos Myriam y Fernando, para hacer desde su casa mis típicas fotos aéreas, desde aquel altozano del número 17 cuando empezaban a pasar los primeros tramos de la Cofradía del Tiro de Línea. Como el Cristo venia aun lejano no dudé un momento en adelantarme al paso para fotografiarlo más de cerca y además a saludar y fotografiar a grandes amigos de la cuadrilla, con los que compartí trabajadera el día anterior, y que hacían doblete en su venerado Cautivo, y eso que el bueno de Herodes, ¡ya dió el día anterior!, para expiar toda clase de pecados y pecadillos. Fotos de recuerdos, abrazos y besos húmedos, sudorosos y todo lo que implica aquel mundo maravilloso, para el que le gusta este "Deporte Sacro" tan demandado actualmente, sin guardar la distancia y mucho menos el contacto físico, como es lo suyo.

La anécdota en cuestión, no tiene nada que ver ni con la cofradía ni con ese “mundillo de abajo”, sino que más bien lo podríamos encuadrar con una terminología más progre dentro de “La política y estrategia informativa turística”.

Cuando me disponía a regresar a casa de estos amigos, en uno de los veladores situados en la calle Almirantazgo, fui abordado por una señora con acento de muy de arriba, de por lo menos Los Pirineos, que estaba sentada junto a su marido, otra pareja y dos niñas pre adolescentes, que con el uso de sus móviles perecían demostrar poco interés por la cofradía que pasaba delante de sus ojos. Pues bien la señora en cuestión que articulaba el liderazgo, me preguntó en tono solemne, ¿Usted es de aquí y entiende de esto de las procesiones?, yo le dije que sí, y al momento me acercó a la vista un programa de esos de propaganda que habían conseguido, y me dice en un tono muy convencido: ¡! Pues díganos donde las bailan, donde las cantan y donde las dicen y las gritan guapaaas…!! Total que yo al principio ilusionado con tener un grupo de neófitos aprendices no iniciados, y con espíritu docente, le expliqué algo de la cofradía que estaba pasando, del andar racheado y valiente al son de la banda con que avanzaba el Cristo, etc. Y le dejé claro que aquí los pasos no se bailan, que para bailar sevillanas ya estaba la Feria.

Inocente de mí, ya que esta afirmación mía provocó un cierto grado de irritación en la ilustre señora (supongo que me relacionaría con aquel sevillano o andaluz “grasssioso” con que nos pintan en las películas, que con el chiste fácil quiere quedarse con el guiri de turno), y al instante me responde, Oiga usted, llevamos más de media hora viendo pasar “cucuruchos y ese Crissto” que usted dice y viene a lo lejos, ni lo bailan ni nada de nada además no me hable usted de bailes por sevillanas que a mis dos hijas Monsseta y Marta las tengo apuntadas a una academia de flamenquito muy buena que existe cerca de nuestra casa, y además a todos nosotros nos encanta todo lo andaluz, por eso hemos venido y queremos ver como bailan y les dicen piropos a los Crisstos y Vírgeneess, en la procesiones de la Semana Santa, y más en Sevilla, que es la cuna de la gracia.

Maldita la gracia que tenía la ilustre visitante, su amiga, sus inoperantes maridos, más enfrascados en los dos Whisky's, que se estaban metiendo entre pecho y espalda, y aquellas dos niñas lacias, herederas por correspondencia del arte que se mamaba en la misma Cava de Triana.

En estos momentos lo que te sale de dentro es mandar a la ilustre señora a aquel sitio incomodo y balanceante situado en todo lo alto del palo mayor y que aquellos antiguos capitanes de navío mandaban a aquellos marineros incómodos, flojos e indisciplinados para quitárselos de en medio y que se llamaba en términos náuticos “carajo”, pero como reconsideré al momento y en aras de proteger esa industria turística que tanto nos ilumina y sobre todo actualmente, decidí ser más condescendiente y utilizar esa “Guasa” que nos es tan propia y que a la corta y a la larga siempre es una estrategia mucho más inteligente; así que, sin pensarlo dos veces, les dije en tono serio: ¡Ah pues que suerte han tenido, aquí hay dos cofradías que tienen el nombre de sus dos hijas, una la de Montserrat que sale el Viernes y otra tienen ustedes la inmensa suerte que sale hoy mismo y dentro de poco, que es la Cofradía de Santa Marta, al momento la señora me extendía el programa de mano y un bolígrafo de La Caixa y me indicó que les anotara donde había que verlas y a qué hora, aunque la del Viernes no podrían verla pues a mediados de semana se iban a conocer la casa de unos amigos que se habían comprado un chalet por la zona de Sotogrande.

Enfrascado en la empresa que me había metido yo solito, no se me ocurre otra cosa que mandar a los ilustres foráneos a la zona de San Andrés sobre las diez de la noche, que se recoge la gran cofradía de Santa Marta, y ya de camino de vuelta, les digo que se pueden encontrar hasta con la de Vera Cruz. La señora me pregunta con mucho interés ¡¡Oiga pero vamos a poder ver todo lo que queremos y que es tan típico!!, y yo le dije despidiéndome, pues se acercaba el paso ¡¡Señora van a escuchar ustedes hasta las campanas!!, a lo que me respondieron casi al unisonó, “Muchas gracias majo”.

No sé si fueron, se agobiaron con las bullas, les gustó, o me enviaron con toda la fuerza de su pensamiento a ese lugar donde aquellos antiguos marineros nunca querían ir, aunque tuviera excelentes vistas. Lo cierto es y creo que debemos de luchar todos los que amamos esta tierra y sus cofradías, que ya estamos hasta el gorro de esos estereotipos hechos de una desfasada charanga y pandereta y “caricatos” de un espectáculo falseado y complaciente con que aun nos quieren seguir vendiendo.

Se olvida o se le quita importancia a esta, nuestra cultura, tradición, formas y expresiones, que forjadas de una manera religiosa propia y personal de entender la pasión y muerte de Cristo, sin olvidar la identidad social, étnica o laboral, han ido consolidando las diferentes formas de expresión que tienen cada una de nuestras cofradías.

Aquí aunque a veces se intente copiar, hay poco de diseño y lo que suele imperar es el buen gusto por unas formas y expresiones que son parte indisoluble de una cultura cofrade sedimentada con los siglos y construida con la sensibilidad y el saber de aquellos que nos precedieron. Aquí el diseño y las políticas orientadas a contentar a una galería apetente de espectáculo, funcionan muy poco.

Emulando a aquellos rocieros almonteños, pienso que esto es nuestro, pero a la vez debe de estar abierto a aquel que quiera conocernos desde el reconocimiento y respetando, con el ánimo de aprender y conocer las bases que nos formaron.

Nuestra celebración de La Semana Santa tiene una identidad propia asentada en los pilares de La fe, la cultura y la tradición y tan plausible y valido es una cofradía de barrio con su música y alegría propia, como estas de Santa Marta y Vera Cruz, que hacen del silencio y las formas de procesionar un verdadero arte para todo aquel que tenga un mínimo de sensibilidad y buen gusto, aquí este silencio nunca es una falta de ruido o sonido como pudiera parecer, sino que en el contexto que se aplica dentro de sus cortejos procesionales es la necesaria y a la vez belleza de otra clase de melodía.

Conservemos nuestra identidad propia que hemos aprendido y heredado desde siglos y transmitámoselas a las nuevas generaciones, porque aquí para ser nosotros mismos, no necesitamos ni que nos bailen, ni que nos canten y menos que nos digan piropos, que además antes eran muy bien acogidos y actualmente se encuentran desfasados.

     …….Dedicado a mis amigos, esos sufridos costaleros del Cautivo de Santa Genoveva, sin los cuales no hubiera ocurrido esta anécdota, y a las hermandades de Santa Marta y Vera Cruz que hacen de su silencio en el procesionar la más bella de las melodías……………

 

Fotos: Archivo de Mariano López Montes 










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