SPQR. La Soledad de la Trona. Antonio Sánchez Carrasco

Y allí fui a verlo. Me habían hablado mucho de él o mejor dicho de ella. De aquella silla alta que se asimilaba a una trona que tienen los más pequeños para comer. Una banqueta alta y blanca para suplir aquel trono tan complicado de desmontar. Allí sentaron a Herodes Antipas. El primer capillita de la historia. Le dio matarile al Bautista y al de Nazareth y organizó todo aquello. Fue el alma pensante aunque después Pilatos fuera  el mediático. Eran como el MC Donalds y el Burguer King. Las hamburguesas del segundo están más sabrosas pero la fama se la llevó el primero.

Y allí estaba Herodes  víctima de memes y chanzas por no ponerle un damasco o una telita como en las bodas. O al menos haberle grabado en la trasera "quidiello", que Herodes se habría sentado y sentido más cómodo. Además con lo complicado que es mirar para atrás en esas sillas y el Antipas habría tenido que hacerlo cada vez que su madre llamará a la mesa mismo, y es que estaba su padre, Herodes el Grande y sus hermanos Herodes Arquelao y Herodes Filipo.

En esos tiempos llamarte Herodes era como ahora poner un bar ahora y llamarlo casa Pepe. Además el Antipas siente la soledad del poder subido en alta silla más propia de partido de tenis que de otra cosa. Cualquiera que mande, nota esa soledad, esa distancia. Y allí se quedó Herodes para ser blanco de bromas pero con una sonrisa enigmática. Siempre que lo veía sonreír pensaba en de que se reía. Hasta que me enteré que sus últimos años los pasó desterrado en Baelo Claudia, ahí cerca de Tarifa donde el atún y el retinto.

Hay quien dice que allí pasó por el tanatorio y acabar en esa tierra o en esta del sur, es para estar sonriendo. Lo que no sé le podía pasar por la cabeza al tetrarca es la que podían haberle liado Yuyu et Libi de Gades si lo pillan sentado en una trona de la Raza un año de carnavales.

SPQR: Sevilla Patriaque Rumores.

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.