Provincia. Crónica del Triduo y Función Principal de la Sección de Adoración Nocturna Española de Alcalá de Guadaira
Arte Sacro. Durante la semana de la Octava de la Solemnidad del Santísimo Corpus Christi, como es norma, la Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Venerable Archicofradía Sacramental de Adoración Nocturna Española al Santísimo Sacramento, celebró los cultos en honor y gloria de Jesús Sacramentado, su principalísimo Titular, y el que da razón de ser a esta Cofradía Eucarística establecida por numerosos países de los cinco continentes.
Así, en este año de 2022, tuvo lugar el Triduo al Santísimo Sacramento durante los días 20, 21 y 22 de junio, con la particularidad de que en esta ocasión se celebró en la Parroquia de Santiago el Mayor, entre otros motivos, por estar inmersos en la prolongación del Año Santo Compostelano concedido por Su Santidad el Papa Francisco.
Dichos cultos fueron oficiados por Manuel María Roldán Roses, Pbro., Cura Párroco de la Iglesia de Santiago, estando dedicadas las intenciones de los tres días a las instituciones, cofradías y grupos establecidos en dicha parroquia.
El lunes 20, primer día, por la Comunidad de Siervas del Hogar de la Madre y por la Hermandad de Nuestra Señora del Águila Coronada. El martes 21, segundo día, por la Comunidad de Hijas de la Caridad y por la Hermandad de la Divina Misericordia. El miércoles 22, tercer día, por la Comunidad Parroquial de Santiago el Mayor, Comunidad Neocatecumenal y por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Consistieron en la Exposición Mayor del Santísimo Sacramento, rezo de la estación y del Santo Rosario, para terminar con la Bendición de Su Divina Majestad. Seguidamente se celebró la Santa Misa. El último día, que por los avatares de la liturgia coincidió este año con la víspera de la Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista, tuvo lugar la recepción de dos nuevos adoradores que, una vez superado el periodo de aspirantes, fueron admitidos como adoradores de pleno derecho con el rito establecido para ello en el Manual de la Adoración Nocturna Española, realización del juramento, bendición e imposición de insignias, así como la medalla, terminando con el preceptivo beso a la bandera de la Sección adoradora alcalareña, en cuyo centro está bordada la representación del Santísimo Sacramento, orlado del lema de la Archicofradía Sacramental: “Sacramentum pietatis, Signum unitatis, Vinculum caritatis”.
El domingo 26 de junio, Octava del Corpus, ya en el Monasterio de Santa Clara, donde radica la Sección Adoradora alcalareña, se celebró la solemne Función Principal de Instituto de la misma, oficiada igualmente por el Párroco de Santiago el Mayor.
A la misma asistieron representaciones de las Hermandades y Cofradías de la localidad, así como de la Hermandad de la Santísima Virgen de Gracia Coronada, Patrona de Carmona, que en su día amadrinó la bendición de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia. Se hicieron también presentes los alcalareños que este año de 2022 encarnaron a los Reyes Magos y Estrella, puesto que la Asociación de Amigos de los Reyes Magos está vinculada con la Archicofradía alcalareña, al ser los Reyes Magos los primeros adoradores de Jesús en carne, al que ahora adoran en las Sagradas Especies Eucarísticas.
Tras el Credo, recitado por toda la asamblea, la Sección Adoradora Alcalareña realizó la Protestación de Fe Católica, algo que se lleva a cabo por delegación, es decir, el texto de juramento de los dogmas, misterios y creencias, entre los que destaca el de la Real y Verdadera Presencia de Jesucristo en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y los relativos a la Santísima Virgen María como su Concepción Inmaculada, su Maternidad Divina y Virginal, su Asunción a los Cielos en cuerpo y alma, y su Mediación Universal, es proclamada por el Presidente, y es jurada por una representación de cinco adoradores, con la fórmula siguiente: “En nombre y representación de todos los adoradores de esta Antigua y Franciscana Sección de Adoración Nocturna de Alcalá de Guadaíra, así lo prometo, así lo juro, así lo confieso, así Dios me ayude y estos sus Santos Evangelios. Amén”. Y desde hace quince años se viene renovando el voto de defender, de una manera singular, “el milagro de la vida humana desde el primer instante de la concepción en el vientre materno, hasta que Dios, nos llame a su presencia al final del camino”, siguiendo las enseñanzas del Magisterio Pontificio.
En las Preces se hizo mención expresa a las intenciones por las que se aplicaba la Solemne Función, la paz en el mundo, las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada, la Comunidad de Hermanas Clarisas y el eterno descanso del Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo.
Tras la Comunión, el celebrante procedió a exponer en la custodia el Santísimo Sacramento, entonándose el Pange Lingua, para rezar a continuación la Estación Mayor, procediéndose seguidamente a organizar la procesión, que abría la bandera de la Sección, seguida de los fieles, que acompañaron con velas encendidas, el turiferario y el palio de respeto que cubría la Majestad de Dios, cuyos varales fueron portados por los Reyes Magos y Estrella, futuros adoradores, y por los señores Oficiales y Hermanos Mayores de las Hermandades invitadas que se habían hecho presentes en la función.
El itinerario fue el acostumbrado, salida al patio interior desde la capilla del Monasterio, para entrar a la clausura por la Puerta Reglar, donde esperaba la Comunidad de Hermanas Clarisas, que se incorporaron en ese momento a la procesión. Allí, en el zaguán de la cripta se hizo estación en el altar de la Santa Cruz, montado por las propias monjas, presidido por una valiosa imagen del Niño Jesús, perteneciente a la colección que atesora el Monasterio. Luego se salió al Claustro principal, recorriendo sus tres galerías, y haciendo estación esta vez en el altar montado al efecto, presidido por la imagen de Santa Clara. Como novedad, este año la procesión no pudo salir a la calle Nuestra Señora del Águila por encontrarse en obras, por lo que hubo que volver por el zaguán de la cripta y el patio de la iglesia hasta el presbiterio.
Una vez en el altar, cuya balaustrada se había ornamentado con cuatro hachetas de varios siglos de antigüedad labradas por la familia de orfebres Alfaro, que lucían cirios rojos en honor del Santísimo, se cantó el Tantum Ergo, incensándolo el sacerdote antes de cantar la oración, procediendo seguidamente a impartir la bendición con Su Divina Majestad a todos los presentes. Después, como es preceptivo, se recitaron las alabanzas en honor y gloria del Sacramento. Una vez retirado Este y oculto en el sagrario, el colofón de toda la ceremonia fue el canto de despedida a la Santísima Virgen Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia, mientras que la sagrada imagen era incensada por el celebrante. Debe reseñarse también que la misma lucía aún el crespón negro en señal de luto por el fallecimiento del que fuera Presidente Honorario de esta Sección adoradora, el Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo Emérito de Sevilla. Canto final que fue, como todos los de la Santa Misa y procesión, entonado magistralmente por la Comunidad de Hermanas Clarisas.
Una brillante jornada, celebrada un año más con la sencillez y al mismo tiempo solemnidad con que la Archicofradía Sacramental de Adoración Nocturna hace todos sus actos, que, no olvidemos, van siempre encaminados, como se destaca en los Estatutos, a la mayor gloria y honor del Santísimo Sacramento y a promover su devoción de todas las formas posibles.
Fotos: Archicofradía.