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Restaurada la Virgen de la Cinta para la procesión extraordinaria de Nuestra Señora de los Dolores del Cerro


Arte Sacro. La pequeña imagen argéntea de Nuestra Señora de la Cinta, patrona de Huelva, que figura en la calle de la candelería del paso de Nuestra Señora de los Dolores, ha sido restaurada en las últimas semanas de cara a la procesión extraordinaria prevista, D.m., para el próximo sábado 24 de septiembre. La restauración de la imagen ha sido realizada por el taller de los hermanos Delgado López, mientras que el marfil del Niño y las manos y el rostro de la Virgen lo han sido por Alberto Pérez Rojas. 

Se trata de una imagen realizada en plata de ley en su color natural con las carnes de marfil, obra del citado taller de orfebrería de los hermanos Delgado López, siendo Manuel Guzmán Doblas el autor del modelado de barro y los marfiles. Fue encargada por la hermandad el 7 de noviembre de 1987, constituyendo el primer encargo que la corporación hizo al citado taller apenas dos meses después de ser erigida como cofradía de nazarenos. Se bendijo el Viernes de Dolores de 1989, procesionando así desde el primer Martes Santo en la paso de la sagrada titular. Fue donada por la familia Sánchez Verdugo, queriéndose con ello rendir un entrañable homenaje a todos los vecinos oriundos de la provincia hermana que a lo largo de las décadas llegaron al Cerro del Águila para asentar en él sus vidas.

La Señora, vestida con túnica y cubierta por un manto, aparece  majestuosa llena de gracia y dulzura, de pie y sosteniendo en su brazo derecho al Niño Jesús que porta en sus manos la cinta que da nombre a su Madre como signo de protección y socorro a los fieles, mientra que con la otra, algo más elevada, sostiene una granada entreabierta, símbolo de las virtudes de María, al representar la fecundidad aludiendo a su maternidad divina, así como por la propia composición de la fruta hace igualmente referencia a la unidad de la Iglesia quedando reflejada en la madre de Dios como causa interior de la comunidad eclesial. Llama la atención el cuidado detallismo en la intepretación de las calidades de los ropajes, con especial fijación en el manto por ser la pieza más visible del conjunto, mostrando una menuda y profusa decoración vegetal. Se asienta sobre una peana decorada por una guirnalda que a su vez se sostiene sobre un escabel quedando situados en los ángulos cuatro ángeles sedentes con cintas en las manos en recuerdo de la advocación de la Virgen. 

Iconográficamente la imagen continua el modelo de la talla de la patrona de Huelva, que contratara en la centuria dieciochesca el gremio de mareantes onubenses tras la creación de su procesión en 1759, atribuyéndose su hechura al imaginero hispalense Benito Hita del Castillo. No obstante, al reproducirla para el paso de la Santísima Virgen de los Dolores, la hermandad se permitió algunas licencias iconográficas en lo que respecta a los atributos de la pequeña efigie letífica, que sin alejarse del prototipo original, vienen a ofrecer una versión original de ésta al quedar suprimida la media luna apocalíptica, el resplandor de la corona y la tradicional ráfaga de mandorla que posee aquella para quedar en nuestro caso enmarcada por una completa, al estilo de las de sobremanto que poseen habitualmente las imágenes gloriosas de nuestra ciudad. 

Fotos: Hdad.










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