La madre vegana que nos parió y otros jardines. Antonio Sánchez Carrasco

La semana la capitalizó en redes la madre vegana que no quería que su Hija, vegana de nacimiento, que no quería que se disfrazara de pescadora. La esencia de ese episodio es la deriva de esta sociedad en la que hemos pasado de la lucha de unas individualidades por ser reconocidas en una colectividad a las individualidades imponiéndose a lo colectivo. Hasta ahí llegué con mi razonamiento sociológico y ascendí desde la sima hasta la superficialidad. Allí donde las neuronas no se cansan tanto pensé  en lo que sería esa madre en la Semana Santa.

De repente me di cuenta en el jardín que me estaba metiendo y salí de ahí a paso de mudá, porque al fin y al cabo eso no pasa en la Semana Santa, no existe el individualismo, ni los egos, las decisiones grupales no se cuestionan por corporaciones que se sienten agraciadas..., otro jardín que ni el Parque de María Luisa.

Y preferí quedarme con la memoria del tiempo del Viernes pasado en esa esencia que se guarda en San Nicolás donde los nazarenos blancos, esta vez de chaqueta, llevan a su Señor por el barrio rezando un Vía Crucis de invierno, con frío en la temperatura y calor de cariño al Señor de la Salud. Viene por Fabiola, a Federico Rubio en esas calles que se cortan unas a otras sin acritud.

Entró y cerveceamos con temas cofrades con ese tiempo sin tiempo en el que todo está tan cerca y tan lejos a la vez. Conversaciones de costaleros obligados, de juntas que se diluyen, de bandas,..., el enésimo jardín y todo empezó con una madre vegana.

Feliz semana. Tengan cuidado ahí afuera.

#LosLunesAlSol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.