Mario Daza proclamó su amor a la Virgen en el Pregón de las Glorias de Sevilla 2023
Daniel García Acevedo. Mario Daza pregonó a las Glorias de Sevilla ayer sábado en la Catedral, en una pieza preciosa, llena de prosa y verso, que arrancó los aplausos de los asistentes.
En un texto titulado "El gozo y la esperanza de la primavera eterna", Mario nos fue llevando por su particular visión de las hermandades de gloria y por su inmenso amos a María Stma. en todas sus advocaciones.
Comenzó el pregón recordando que las glorias comienzan tras la entrada de su Virgen de la Aurora de la Resurrección, con unos versos que comenzaban así:
"Busco tu gloria, Sevilla
cuando mi Aurora es ocaso
cuando la ojiva mudéjar
y el corazón lasaliano
se hacen hogar para Dios
como divino sagrario,
donde el mortero y la piedra
besan la plata del palio,
cuando Ella viene de vuelta
por San Luis y por San Marcos,
cuando el sol de ese Domingo
va entre la malla jugando,
y en las notas de Amarguras
con que se arrían sus zancos,
para que todo termine
y volver a comenzarlo."
Prosiguió el pregonero recordando las efemérides de este año con el 125 aniversario de la consagración del Corazón de Jesús o el 775 de la recuperación del culto cristiano, gracias a San Fernando. Y sobre el Santo Rey dijo "Debemos ser como él en la conquista del amor, cambiando la espada por la Palabra, en la batalla de la misericordia y la tolerancia, con el escudo de la fe y la bandera de la Esperanza, con el ejemplo de las hermandades de Gloria y de una religiosidad popular que es el más útil aldabonazo en el corazón de los que viven lejos de Dios."
Enlazó con la Virgen de los Reyes, a la que le dedicó una bellísima poesía que terminaba de esta forma:
"A ti celestial patrona
encomendamos la vida,
la gloria que se adivina
en tu grandeza, Señora.
Volver a verte en la aurora
del Día de la Asunción
nos despierta la emoción
de tu salida agosteña,
en la que hasta el sol
se empeña arrodillado ante Vos.
Por eso todo nos lleva
a darte siempre las gracias,
tu sola presencia sacia
a nuestra fe verdadera.
No nos dejes Madre buena
que tu pueblo se arrodilla
frente al palio tumbilla.
Y así esta tierra te quiere,
a ti Virgen de los Reyes,
dulce niña de Sevilla."
Nos recordó los momentos vividos en dos hermandes de gloria muy señalados para él, la Esperanza Divina Enfermera y el Carmen de Calatrava. A esta última le dedicó estos bellos versos que terminaban así:
"Mi sueño busca tu puerto
y todo en tu amor descansa,
buscándote en la Alameda,
navegando en tu barcaza,
y arriando en la promesa
de la luz de tu Esperanza.
Otro julio en nuestras vidas
postrándonos a tus plantas,
pasan los años y el tiempo
sólo al tenerte se para.
En tu altar, sobre tu paso,
poco importa la distancia,
si el final es encontrarte
y volver a darte gracias,
por tenerte, por tenerme,
mi Carmen de Calatrava."
Otro de los momentos destacados, aunque es dificil quitar alguna parte del mismo, es el que dedicó a las Virgenes del Amparo y Todos los Santos, que finalizaba de esta forma:
"De Gravina a la Alameda
sólo nos queda María,
para soñar que no acaba
lo que en su manto termina.
En ellas todo se alcanza
y en ellas todo se explica
para romper las distancias
entre su vida y la mía.
Si ella es Reina de los Santos,
si es Amparo que nos guía,
sólo nos queda dar gracias
porque su luz siempre brilla.
Y el otoño en media tarde
nos recuerda cada día
que en Feria y la Magdalena
vive tu gloria, Sevilla."
Precioso, igualmente, el pasaje dedicado a los Niños de la Virgen, con una larga poesía en la que fue nombrando a muchos de los Niños Jesús de las hermandades de Gloria, que concluyó con estos versos:
"¿Entiendes por qué decía
que el secreto de las Glorias
va aferrado a la memoria
de los brazos de María?
El Niño que es su alegría
va jugando entre sus manos,
envidia del sevillano,
que quiere ser el primero
en anidar en tu cielo
para estar siempre a tu lado."
En otro pasaje destacable, fue nombrando a personas que le han ayudado abriendole sus hermandades de gloria y le han facilitado el poder conocer mejor a esas corporación y, por ende, la confección del pregón. La parte final estuvo dedicada a la Virgen de los Reyes de los Sastres, recordando que su abuelo materno fue del gremio, y terminó de esta forma:
"Por eso no tengo dudas
que esa tarde de Cuaresma,
no fue un encuentro casual,
Tú querías que estuviera.
Hay por eso tantas cosas
que agradecerte quisiera,
que sólo puedo ofrecerte
mi tiempo hasta que tú quieras.
En ti que habita lo hermoso,
en ti que hay luz verdadera,
que hay historia, devoción,
e infinitas primaveras.
En ti por siempre mi amor,
en el legado y el lema
con que Sevilla da gracias
y por ti los Reyes, reinan. "
El pregón fue terminando con los pasajes dedicados a San José Obrero, imagen que presidía el altar del jubileo y el Rosario de la Macarena, su hermandad. Al Santo patrón le dedicó una larga y magnífica poesía que concluía de esta manera:
"En tu vara de azucenas
nace mi vida a lo nuevo
y queda mi acción de gracias
por tanto como te debo.
Patrón de mi barrio en fiesta,
ofrenda de flor y versos,
soy el niño al que llamaste
con un cirial a tu encuentro
que hoy ha tenido la dicha
de poder ser pregonero
y así cantar en tu gloria
todo el amor que te tengo.
Y así será mientras quieras
sin despertar de este sueño,
sin que acaben estos días
en que latió el sentimiento
y el corazón de Sevilla
fue de San José Obrero."
En la parte dedicada al Rosario de la Macarena, se acordó de su abuela y de su madre, que también se llama Rosario, y que le infundieron la devoción macarena, terminando de esta forma:
Acógeme entre tus manos
y llévame hasta ese cielo
en el que el Dios soberano
tiene en su ojos grabado
todo el fervor macareno.
Porque en ti todo se alcanza
como me enseñó mi tía.
Mi barrio y una enseñanza:
"Sé siempre nuestra Esperanza,
Rosario de la Alegría"."
Y, para terminar, se despidió de Sevilla con unos bellos versos, concluyendo el pregón así:
"Venga Sevilla, no tardes,
que al fin se acabó la espera,
que está tu alma vibrando
por tan sublime grandeza.
Es tu tiempo y es tu hora,
es tu gozo y tu manera,
tu alegría desbordada,
tu singular quintaesencia.
Es tu luz y tus perfiles,
es el puerto y la veleta,
es suspiro y aleluya,
es tu gracia en primavera,
son los santos y es la Virgen
y el mismo Dios si quisiera,
son las Glorias y es Sevilla,
¡vamos al cielo con Ella!"
Un larguisimo aplauso, que hasta el propio pregonero hizo ademán para que pararan, puso fin a un pregón que duró 71 minutos, y que agradó a todos los asistentes.
Mario Daza fue presentado por el Delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, en su última presentación a pregoneros al abandonar esta delegación tras las próximas elecciones municipales que se celebrarán a final de mes.
Presidió el acto el delegado de hermandades, Marcelino Manzano, que estuvo acompañado por el alcalde de la ciudad, el presidente del Consejo de Cofradías y el teniente general jefe de la fuerza terrestre.
La Banda sinfónica municipal de Sevilla, dirigida por Guillermo Martínez Arana, interpretó las marchas "Rosario de la Alegría" de Abraham Pablos Medina, que fue estrenada en este acto y "Glorias de Sevilla" de Manuel Marvizón, junto con los himnos de Andalucía y España.
Las caras del Pregón
Las caras del pregonero
Fotos: Juan Alberto García Acevedo.