La Hermandad de los Dolores del Cerro peregrinó hasta San Julián en el Año Jubilar
Arte Sacro. En la tarde del pasado sábado, 20 de enero, la hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, del Cerro del Águila, peregrinó hasta la parroquia de San Julián, sede de la hermandad de María Santísima de la Hiniesta dolorosa y gloriosa coronada, en el Año Jubilar concedido por la Santa Sede en el CCCLXXV aniversario del Voto a perpetuidad de acción de gracias de la ciudad de Sevilla a su patrona, la Santísima Virgen de la Hiniesta, y el L aniversario de su coronación canónica.
La salida desde la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores se efectuó a las cuatro de la tarde, siguiéndose durante la peregrinación el mismo itinerario que, a la inversa, efectuó María Santísima de la Hiniesta dolorosa en la noche del 27 de enero de 1965 con ocasión de las Santas Misiones. Fue así un emotivo recorrido en el que los hermanos rememoraron aquel histórico traslado de la Santísima Virgen, de unos 5,5 kms., que dio lugar a unos entrañables y afectuosos vínculos históricos entre ambas corporaciones que han seguido plenamente vigentes hasta nuestros días.
A las 18,30 horas, el hermano mayor de la hermandad de la Hiniesta, Nicolás de Alba Castaño, acompañado de varios oficiales de su junta de gobierno, recibió en la puerta de San Julián, Puerta Santa en este Año Jubilar, al numeroso grupo de peregrinos llegados desde El Cerro del Águila que, encabezados por su director espiritual, Francisco Javier Brazo Delgado, y su hermano mayor, Manuel Zamora Pulido, depositaron una ofrenda floral a las benditas plantas de María Santísima de la Hiniesta gloriosa, patrona y protectora de la ciudad de Sevilla.
Tras la celebración de la sagrada eucaristía a las 19 horas, que fue concelebrada por los directores espirituales de ambas hermandades, Amador Domínguez Manchado y Francisco Javier Brazo Delgado, el hermano mayor de la Hiniesta entregó al de Nuestra Señora de los Dolores la correspondiente credencial de peregrino obtenida por la corporación cerreña, acompañada, en este especial ocasión, de un emotivo recuerdo de la estancia de la Santísima Virgen junto a Nuestra Señora de los Dolores hace ahora 59 años.
Un poco de historia
La hermandad de la Hiniesta fue una de las que acogió con mayor entusiasmo su participación en las Santas Misiones, poniéndose al servicio de la Iglesia diocesana desde el primer momento. Así, su dolorosa titular fue trasladada al centro misional sito en los Almacenes Núñez, un amplio local situado en el número 42 de la calle Canal, el cual era propiedad de uno de los integrantes de la comisión gestora que entonces regía los destinos de la hermandad.
La Santísima Virgen, vestida de hebrea, con diadema, manto azul y saya roja, salió de San Julián, a las ocho y media de la noche del 27 de enero. En andas portadas por sus hermanos y devotos fue trasladada hasta El Cerro del Águila, siguiendo este recorrido: “Plaza de San Julián, Duque Cornejo, Hiniesta, Plaza de San Marcos, Socorro, Plaza de San Román, Matahacas, Puerta Osario, Muro de los Navarros, Puerta de Carmona, Luis Montoto, Marqués del Nervión, Eduardo Dato, Gran Plaza, Marqués de Pickman, puente sobre el Tamarguillo, calles del barrio del Cerro del Águila y Afán de Ribera”, alcanzando la antigua Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores ya entrada la madrugada del jueves 28 de enero. Allí quedó entronizada durante toda esa noche, junto a Nuestra Señora de los Dolores.
Al día siguiente, a las siete de la tarde, salió hacia su centro misional, recorriendo las calles “Afán de Ribera, Aníbal González, Héroes de Toledo, Aragón y Canal”. Un centro que, visitado por el Sr. Cardenal, José María Bueno Monreal, el 9 de febrero, fue “uno de los más concurridos de fieles” siendo según las crónicas “constantemente” frecuentado por “los vecinos de San Julián y hermanos de su cofradía”.
El domingo, 14 de febrero, tras la misa de las 9 de la mañana, la bendita imagen salió del centro “a hombros de los jóvenes del barrio del Cerro del Águila, seguida por una enorme cantidad de fieles presididos por los padres misioneros, visitando a los enfermos de más gravedad” mientras miembros de la hermandad entregaban estampas de la Virgen como recuerdo. A las doce del mediodía llegó a la parroquia en cuya puerta la esperaban el párroco y la junta de gobierno de la entonces hermandad de gloria de Nuestra Señora de los Dolores, ofreciéndole un ramo de claveles blancos. Ya en el interior, se cantó la salve, “en acción de gracias por los beneficios espirituales” y la hermandad de la Hiniesta fue nombrada hermana de honor de la de Nuestra Señora de los Dolores, prestando juramento los componentes de la comisión gestora. Fue este un nombramiento acordado el 13 de febrero de 1965 y recogido en acta con estas palabras: “Visto el gran sentimiento de fraternidad cristiana demostrado al colaborar en los actos misionales de nuestra feligresía, presidiendo su bendita imagen el centro nº 3, donde los frutos de la Santa Misión han sido abundantes, la Junta de Gobierno de esta Hermandad (…) recogiendo el sentir de toda la barriada tiene la inmensa alegría…”.
A la conclusión del emotivo acto, nuevamente a hombros de sus devotos, la Virgen de la Hiniesta continuó su discurrir por las calles del barrio hasta alcanzar sus límites, siguiendo por la Gran Plaza, Eduardo Dato, con parada en el sanatorio de San Juan de Dios, Puerta de la Carne, Santa María la Blanca, Madre de Dios, Fabiola, Argote de Molina y Guzmán el Bueno donde quedó entronizada por unas horas en el Asilo de San José de la Montaña, donde permaneció hasta las ocho de la noche, en que volvió a salir para su barrio.