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La nostalgia de haber sido niños. Mariano López Montes


MLM_Cruces_de_Mayo_2024_1“Dedicado a tres niños sevillanos”

La nostalgia es un sentimiento de tristeza e idealización, mezclado con el recuerdo de placer y afecto, cuando una persona piensa en tiempos considerados felices de su pasado.

Cuando el tiempo y el calendario avanza, primero poco a poco y después a paso de “mudá”, con el transcurso de los años siempre nos viene a la memoria esa frase a veces tópica y otras veces manía de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Ese color sepia de las fotografías antiguas de niño, se tornan en sentimientos de recuerdos y felicidad de un tiempo ya pasado, que no volverá, pero que, a través o gracias a la nostalgia, cobraran de nuevo vida, aunque sea desde nuestros propios pensamientos.

Como casi todas las cosas que acontecen en nuestras vidas, esta visión de la nostalgia suele aparecer ante nuestros ojos a doblar cualquier esquina con una escena que nos saca de la monotonía de nuestras vidas planificadas y racionalizadas.

Esta vez ocurrió en el pleno centro de la ciudad donde sevillanos y turistas se disputaban la ocupación de las calles y los veladores cafeteros de los bares de siempre, ante la invasión de aquellos barbaros del Norte o menos barbaros que se les ocurre almorzar a las once y treinta de la mañana.

MLM_Cruces_de_Mayo_2024_2De pronto casi sin esperarlo, muy cerca del Salvador, ya metidos en Cuna como hacen Las Cofradías de verdad, apareció ante mis ojos una visión que me retrotraía a un pasado no muy lejano. Tres niños manejaban como podían un pasito de Cruz de Mayo, de aquellos pasitos casi improvisados y “no priostados”, como aquellos de toda la vida. Como en todo paso había un capataz que alentaba al único costalero que debía de llamarse Emilio, porque lo animaba con frases sacadas de la misma actualidad. “Milio mi arma”. “Milio que eres el mejor y el que más casta tiene”. “Milio que ya estamos en el barrio y vamos a lucirlo como tú sabes”. La verdad es que el pobre Milio en solitario con sus piernecitas de niño que asomaba por debajo de los faldones ya venía cargadito de kilos y sin relevos ni dobles cuadrillas como ahora se estila. En la trasera había otro niño que hacía las veces de contraguía y de camino tenía una doble función, primero empujar para arriba en los momentos más crudos y otra mucho más importante la recaudatoria con una lata blanca que de vez en cuando la agitaba para hacer sonar la calderilla, altruista y voluntaria exenta de subvenciones. Este niño apunta muy buenas maneras para ocupar el cargo de Mayordomo en la Hermandad que su padre seguro que lo apuntó desde niño siguiendo la tradición que en esta ciudad y sus cofradías siempre tienen un peso muy grande.

MLM_Cruces_de_Mayo_2024_3Por la sobriedad del paso y la ausencia de cortejo, ni tan siquiera con ese tambor de lata de melva canutera que interpretara alguna pieza, estos tres niños deben de pertenecer a alguna cofradía de ruan y del centro, de esas que las llaman de “las serias” de toda la vida. Tampoco había niñas vestidas de gitanas que pidieran el óvolo solidario de los viandantes para solventar los posibles gastos de la procesión y los estrenos y mejoras para el año que viene, que siempre son deseados y bien venidos, pero como el presupuesto no iba a llegar por la insolvencia de su niñez, y la falta de hermanos y devotos en la nómina. Seguro que de eso se encargaría uno de sus padres o algún tío mañoso, que quizás tenía esta afición de niño y que ahora continua esa tradición cofrade que recibió de sus mayores.

Al contemplar esta imagen, sin pretensiones que era un verdadero juego de niños que vivían su fantasía, que volvía quizás un año más en el mes de mayo, un sentimiento de nostalgia invadía a todos aquellos que la contemplamos.

De nostalgia y nunca de esa melancolía que muchos creen que son las mismas, pues la primera alberga una sensación de alegría que refuerza nuestra identidad en lo que somos y queremos transmitir y la melancolía llevaría implícita la tristeza, la amargura y la frustración de un pasado que a nuestro parecer se nos fue para siempre.

En esta Sevilla del comercio, el souvenir y lo tópico como nos quieren o pueden mirar aquellos foráneos que se llaman turistas, cada uno veía aquel pequeño pasito con ese cliché que le han vendido desde antes de venir, esa Andalucía y por supuesto nuestra Sevilla en la que nos saludamos y hablamos con ese ¡Ole! ¡Ole! que es nuestro idioma oficial, de la charanga y la pandereta, de la juerga y la diversión continua, para potenciar un turismo monetario que olvida desde siempre nuestras carencias.

MLM_Cruces_de_Mayo_2024_4Al buen entendedor, pocas palabras bastan como se decía antes, y esto de la cruz de mayo y la fantasía de estos niños no entraba en el programa que le habían vendido.

En algún momento de esta ensoñación que cobraba vida, en este momento se me acerca un grupo de turistas argentinos al parecer ajenos al tal Miley y ávidos de conocer este mundo un tanto folclórico que se recrean en esta ciudad, y una señora muy educada se adelanta y me pregunta ¿Oiga usted es de aquí? ¿Estos muchachos que es lo que venden?. Y yo quizás sin pensármelo demasiado y faltando un poco a la cortesía con nuestros visitantes les dije sin pensármelo demasiado “Ilusión Señora”, ¡Ilusión!

 

Fotos: Mariano López Montes









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