Provincia. Nuestra Señora de la Soledad Coronada regresó a su Santuario arropada por su pueblo de Cantillana

Manuel Pinto Montero. El pasado domingo, Festividad del Corpus Christi, quedará guardado en la memoria y en los anales de la historia de la Hermandad de la Soledad y de todos los fieles y devotos de Cantillana que contemplaron estampas únicas en las calles de la localidad en la mañana y la tarde del domingo 2 de junio. El pueblo de Cantillana coronó el pasado 25 de mayo a su excelsa Patrona, Nuestra Señora de la Soledad, culminando con la gloriosa procesión de la Santísima Virgen por las calles cantillaneras llevándola hasta el Templo Parroquial de la Asunción donde ha permanecido durante una semana.

En la mañana del 2 de junio la Virgen de la Soledad acompañó al Santísimo Sacramento en el Cortejo Eucarístico que recorrió las calles principales de la localidad. Se trataba de un hecho histórico que permitió imágenes difíciles de repetir y que ya han pasado a la historia. Por la tarde de nuevo regresó a las calles de Cantillana pero en esta ocasión para volver a su Santuario que abandonó la tarde del 25 de mayo sin corona sobre sus sienes y regresaba ahora coronada con el amor de todos sus hijos.

Los cohetes y el repicar de las campanas anunciaban que la Patrona de Cantillana estaba en la calle para honor y gloria de todo un pueblo que se arremolinaba alrededor de su paso. En esta ocasión la Virgen de la Soledad procesionaba en su paso pero sin el palio sobre peana de madera dorada del siglo XVIII con ángeles de Juan Bautista Patrone y alumbrada por candelabros de guardabrisas en las esquinas cedidos por la Hermandad del Nazareno de Cantillana y varias piezas de candeleros de luz del camarín en la delantera con velas rizadas que recordaba estampas de otros tiempos. El paso estuvo exornado con flores blancas y espigas de trigo.

Nuestra Señora de la Soledad Coronada es una de las dolorosas andaluza más antiguas fechada en el siglo XVI, en concreto en 1583, siendo obra de Juan de Santamaría. Goza de gran fervor en su pueblo que la nombró Patrona en el año 1919 y que fue ratificado por su santidad el Papa Francisco en 2019 como Patrona apud Deum de Cantillana. La Santísima Virgen posee el Bastón de Mando que la nombra Alcaldesa de la Villa de Cantillana desde el 17 de diciembre de 2005 y la Medalla de Oro de la Villa impuesta el 1 de mayo de 1996.

La Santísima Virgen lució saya blanca bordada conocida como del patronazgo, con bordados en oro del siglo XIX y manto negro bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1898. Sobre sus sienes portó la presea de la Coronación realizada por Palomino a comienzos del siglo XIX. Es una de las joyas más preciadas por la Hermandad que ha sido restaurada y enriquecida por el joyero cordobés Manuel Valera con el oro de todos los cantillaneros.

Numerosos fieles la acompañaron por calles donde no es habitual su presencia en la tarde del Viernes Santo cuando pasea por Cantillana. En su regreso visitó la Iglesia de la Misericordia y a las Hermandades de la Asunción y la Pastora. Discurrió entre pétalos, cohetes y fuegos artificiales por calles tan emblemáticas como Martín Rey o la Plaza del Llano. Hermoso fue su discurrir por la calle Veredas o la calle San José que la esperaban engalanadas antes de llegar a la calle Polvillo y buscar la Avenida que lleva su nombre.

Contemplaba ya su blanco Santuario mientras los sones de la Banda de Música de la Soledad la acompañaban uniéndose al tronar de los cohetes y los fuegos artificiales que la saludaban al llegar a su casa. Han sido días intensos para los hermanos que no podrán olvidar fácilmente. El sueño y el anhelo de ver coronada a su augusta Patrona se hizo realidad y el amor de todo un pueblo se hizo material en esa corona que ya luce sobre sus sienes Nuestra Señora de la Soledad Coronada, Patrona Canónica y Alcaldesa Mayor Perpetua de Cantillana.

Fotos: Manuel Pinto Montero.