Soy Antisistema. Antonio Sánchez Carrasco
Antiguamente ser transgresor era pertenecer a la movida, ponerte un piercing, hacerte un tatuaje, ser de una tribu urbana..., desde hace unos años lo más transgresor que hay es ser católico y en especial Rociero. Estamos en tiempos en los que el pensamiento único te hace pensar en qué tener Fé es algo que está pasado de moda y que nuestros ritos y costumbres, aquellas que nos transmitieron desde la cuna, se han anquilosado y no son más que un reducto de algo antiguo. Decir que todo el mundo que va al Rocío va a rezar es de ilusos, igualmente decir que todo el mundo que va al Rocío va "a lo mismo" es injusto y una mentira como una Catedral. En el Rocío hay Fe a raudales y aunque haya mucha gente que no siente esa Fe, bastaría con que tuvieran respeto hacia las personas que si la sienten. El Rocío, la Fe en la Madre en esa que acabamos llamando siempre cuando la vida nos aprieta. Esa que cada Lunes de Pentecostés cae como nos cayó el Espíritu Santo cuando no dio la Fe en algo que trascendería nuestras vidas. No voy a explicarle el Rocío a los que ya tienen un pensamiento generalista y prefijado antes de acercarse a conocerlo y ni siquiera voy a gastar más letras en recordar a aquellos sindicalistas que cuando más chillaban era cuando pasaba el Simpecado por delante de ellos camino a su Romería, no merece mi respeto quien no me lo tiene a mí, ni a mis cosas. Así que en estos tiempos que todo el mundo pide respeto para lo suyo a mí me da igual que no me respeten, bastaría con que me ignoren, como yo hago con ellos, cuando me cuentan sus castillos en el aire, aire subvencionado por el gobierno de turno. Y que ¡la Virgen del Rocío los proteja!, que al fin y al cabo no soy yo de desearle el mal a nadie
#LosLunesAlSol
Foto: Antonio Sánchez Carrasco.