Desconexión. Antonio Sánchez Carrasco
Buscaba eso que tienen las playas conileñas en las que el tiempo y el espacio se conjugan en las veces que una ola llega a la orilla. De repente tatuada en un gemelo de un señor, me apareció la cara de la Macarena. De estás veces que has leído más de la cuenta del genial libro que traes para el verano, ya te has bañado, y tú mente en la silla te lleva a pensar. Este señor se haría el tatuaje antes del desaguisado con lo que esa pierna tiene tanto valor como una foto de Fernand, en el tema histórico. Me puse la gorra, debía de estar dándome el sol más de la cuenta. El móvil vibró, Redención sale de Monte Sión, vuelve Arahal. Es un pueblo al que tengo admiración y aprecio al igual que a su banda, pero por más que lo piense no cabe otra cosa que un criterio de gustos de la nueva junta, que no nombren a la música que ahí la música no ha intervenido. Son nostálgicos de la boina (con cariño para la banda) me parece perfecto nada que objetar no hay que hacer un drama, la vida son cambios. Lo que si me gustaría es puntualizar dos cosas (por lo leído en redes), la primera es que la Madre y Maestra de las agrupaciones musicales es la de la Guardia Civil del Cuartel de Eritaña y que Sevilla no le debe nada a la banda de Santa María Magdalena del Arahal, cuando salieron de aquí habían bajado de nivel, la moda tiró para cornetas y tambores y se crearon la banda de San Benito y en la Redención por fin nos pasaron de la cruz de guía al paso. Y no me lo ha contado nadie, ninguna garganta profunda sacra, yo iba tocando el trombón delante de la Cruz de Guía de Monte Sión y recuerdo el diálogo de dos nazarenos de importantes palermos en ristre sobre cómo iba Arahal tras el Señor de la Oración. Su salida estuvo más que justificada, no así el tiempo que estuvieron sin contratos en Sevilla cuando a los años subieron su nivel otra vez y aquí veíamos pasar una mediocridad tras otra de cornetas y tambores y ellos sólo en la Hiniesta. Ahora vuelven a la pomada, sólo darles la enhorabuena y a los míos de la Redención a seguir trabajando como hasta ahora, como ha hecho el propio Arahal tantos años y que viva la música procesional, la buena claro, y los Berros Pal cocido. Allí me quedo en la sombrilla mientras el sol se va guardando bajo el agua mientras tarareo Seres de Luz y recuerdo con orgullo que yo fui el primero en tocar el trombón en ese grupo de amigos que éramos entonces y que afortunadamente siguen siendo, afrontando estos cambios como sólo puede hacerse con resignación y trabajo. De algún tuit de alguna Hermandad mejor no darle más cancha, que hasta los CM de las Hermandades hermanas cometen errores.
#LosLunesalSol #SiempreRedencion
Foto: Antonio Sánchez Carrasco.