La Virgen de los Reyes: Devoción que se renueva en su segundo besamanos

Fco Javier Montiel. En el corazón palpitante de Sevilla, donde la fe se entrelaza con la historia, la Virgen de los Reyes vuelve a ser el epicentro de una devoción profundamente arraigada. En estos días de agosto, marcados por la calidez estival y el fervor popular, se celebra el segundo besamanos a la Patrona de la Archidiócesis, un acto que, más que ceremonia, es encuentro íntimo y emocionado entre la Madre y sus hijos.

Este segundo besamanos, que se desarrolla en el trascoro de la Santa Iglesia Catedral, supone el broche final a los cultos que durante semanas han congregado a miles de fieles. La imagen de la Virgen, majestuosa y serena, se presenta accesible, cercana, como si descendiera de su camarín para abrazar espiritualmente a cada devoto que se acerca con reverencia. El acceso, cuidadosamente organizado por la Puerta de San Miguel, permite que el flujo de visitantes transcurra con recogimiento y respeto.

Para esta ocasión tan especial, la Virgen de los Reyes luce una nueva saya blanca, primorosamente bordada, que irradia pureza y solemnidad. El blanco, símbolo de luz y esperanza, se convierte en un reflejo de la fe que Sevilla deposita en su Patrona. Acompañando esta saya, la Virgen viste el manto conocido como “de los apóstoles”, una pieza de exquisita factura, confeccionada con bordados procedentes de capas fluviales francesas del siglo XVIII. Este manto, estrenado en el segundo besamanos de 2023, añade un toque histórico y artístico que enriquece aún más la contemplación de la imagen. Porta también el pecherin de corales rojos, nuevo y brillante, que fue limpiado y cuidadosamente rediseñado por Sánchez de los Reyes, sobre idea original de las hermanas de la Cruz y Lolina. Este pecherín se convierte en un signo visible de la devoción que arde en el corazón de Sevilla.

Devoción que trasciende generaciones

El segundo besamanos no es solo una cita litúrgica; es una manifestación viva de la identidad sevillana. Abuelos, padres, hijos… todos se acercan, algunos con lágrimas contenidas, otros con sonrisas agradecidas, pero todos con el mismo anhelo: tocar con el alma a la Virgen que los acompaña en sus alegrías y tribulaciones. La Asociación de Fieles y el Cabildo Catedral han cuidado cada detalle para que este acto se desarrolle con la solemnidad que merece.

Así, mientras los cultos llegan a su fin, la devoción permanece. La Virgen de los Reyes, vestida con elegancia y rodeada de amor, sigue siendo faro espiritual para Sevilla. Y este segundo besamanos, celebrado con intensidad y ternura, reafirma que su presencia no solo se venera, sino que se vive.

Porque en Sevilla, cada agosto, la Virgen no solo se contempla… se siente.

Fotos: Fco Javier Montiel