Besamanos a Nuestra Señora de las Lágrimas
Fco Javier Montiel. La Hermandad ha preparado con especial esmero la cita más íntima y esperada del calendario devocional: el Besamanos a Nuestra Señora de las Lágrimas. La Santísima Virgen se muestra majestuosa en su altar efímero, ataviada con algunas de las piezas más destacadas de su rico ajuar, conformando una estampa de elegancia y sabor clásico que invita a la oración.
Para esta ocasión, la Dolorosa luce la saya azul, una delicada obra de Teresa del Castillo fechada en 1874, pieza histórica de exquisita factura. Sobre ella descansa el manto de vistas burdeos, bordado por Jesús Rosado en 2007, que aporta una sobria profundidad cromática al conjunto. Como toca de sobremanto, la Virgen viste la mantilla de perlitas del siglo XIX, de finísimo encaje, aportando un aire decimonónico y distinguido.


La imagen porta su corona de salida, realizada en 1938 por el orfebre Seco Imberg, una joya de la platería sevillana que vuelve a brillar con luz propia en esta cita mariana. No faltan en su presentación algunas de las piezas más significativas de su joyero: el puñal de Raúl López García (2004), labrado en plata sobredorada con diseño de cruz griega; el broche de Santa Catalina, símbolo de protección y devoción; y el juego de tres tembladeras en plata sobredorada, aguamarinas y circonitas, diseño de José Carlos B. Casquet, que aportan destellos de luz a su rostro doliente.

Como signo de gratitud y reconocimiento, Nuestra Señora de las Lágrimas luce también la Cruz al Mérito Policial, distinción cedida para la ocasión por el Prioste Primero Raúl López García, gesto que subraya la unión entre la fe y el servicio.

El exorno floral, dispuesto por Floristería Arrabal, combina rosas blancas Mondial, senecio, nardos, eringium y tillandsia, en una composición elegante y equilibrada que resalta la serenidad de la Virgen.





Con esta cuidada presentación, la Hermandad invita a los fieles y devotos a acercarse con recogimiento y gratitud a los pies de la Madre, en un acto de amor y veneración que, año tras año, se convierte en una cita ineludible para cuantos sienten su protección bajo la advocación de Nuestra Señora de las Lágrimas.


Fotos: Fco Javier Montiel
