Ya queda menos. Siempre se queda. Alberto De Faría Serrano.
Dejar atrás el bullicio de los mercaderes es cruzar por el remanso de paz de Santa Rosalía; un certero salcovonducto hasta sus pies; recorrer pausadamente Cardenal Spinola es avanzar por el vestíbulo de su inasequible áurea de bondad y fraternidad entre los suyos; Alcanzar la protección de los Plátanos de Indias de San Lorenzo es aliviar todos nuestros desconsuelos y aflicciones. Está allí. En la esquina basilical nos espera una bendición que nace de las manos que se aferran a la cruz. Mirarle de frente es como el impacto insondable de la condición humana; y la felizmente recobrada, limpia, dulce y ensimismadamente nítida mirada del Señor se nos clave en el alma como un puñal afiladísimo y nos golpea a discreción las puertas del corazón.
Pasa un tiempo y llega otro;
el aire se vuelve gélido y húmedo
y de la espesura de sus labios
brota la espera.
Y aunque cambies el almanaque
Él siempre se queda.
Polvo eras y polvo te convertirás;
no hay mejor presagio de la ceniza
que la de este leño rejuvenecido.
más prefiera pisar una estera
que alguna alfombra persa;
En ella siempre se queda.
Todo empieza y todo termina
no hay más razón ni convicción
que el Poder de Dios que camina.
Todo oropel pasa
y el oro de hoy
mañana se difumina;
No hay vida entera
Que no sea por Él que siempre se queda.
Los que estamos y los que estarán
recogemos la memoria de los que estuvieron;
es ley de vida
esquivar la hiel del infortunio
y hallar la senda del destino;
Por el cíngulo de su túnica bordada
que ata nuestra fe a su cadera,
Él siempre se queda.
Venimos al mundo
con Sus quinarios contados;
en sus manos se deposita
el sufrimiento adocenado;
mañana estará su piel lacerada
por la sangre ayer derramada.
Sin embargo de un año a otro
Para nuevas modas hay veda;
Pasa un foro y vendrá otro
Pero Él siempre se queda.
Más de lo que podemos desear es lo que Él puede acoger en su seno. No tengáis temor; pues Él todo lo puede. ¿Por qué no vamos a poder sincerarnos frente a su dulce mirada? Nos aguarda esta semana en su Basílica. Nunca es tarde, hasta para quien no puede sostenerle la mirada.
Allí os Espera.
Por que Él siempre se queda
Ya queda menos.
Foto: Juan Alberto García Acevedo