Opinión. ¡Qué tristeza! (Y una alegría). El Diputado de Cruces
Este pasado fin de semana ha sido muy, muy triste. Como cofrade sevillano, con todo lo que ello significa, el lamentable comunicado de los hermanos mayores del Miércoles Santo me ha llenado de decepción, tristeza, preocupación y de otras cosas que no voy a escribir aquí.
En primer lugar, manifiestan que “acatan” la decisión de un organismo al que pertenecen y que se tomó en una votación donde ellos participaron. Realmente alucinante. Sería el colmo que uno participara en una votación y luego no “acatara” el resultado de la misma. Y por ello, dan la bienvenida a las nuevas hermandades. ¿A dónde? Porque, desde luego, a su día es claro que no. Como si el Miércoles Santo fuera un club selecto donde sus “socios” deciden quién entra y quién no, olvidando que la Semana Santa es de todos los sevillanos.
Por otra parte, afirman que, al no haber cambios en el orden de “su” día, es precipitado hablar de incorporaciones. O sea, primero yo, luego yo, después yo y más tarde, ya veremos. ¿Qué tiene que ver con el orden de las actuales hermandades del Miércoles Santo que otra cofradía vaya por delante y no afecte en su recorrido ni en su horario a las demás? Pero es que, además, han redactado tan mal ese punto del comunicado, por ello de poner por delante el asunto del orden, que se podría interpretar que, en el caso de haberse propuesto la entrada del Carmen en otro día, también hubiera sido prematuro, “por no haber tiempo material para la reestructuración del día”, ya que sólo hablan de la incorporación del Carmen para esta Semana Santa.
Por último, lo más lógico, solicitan una explicación, en base a un informe sobre la nómina, de por qué es el Miércoles Santo el día idóneo para el Carmen (explicación que se podría haber tenido preparada por el Sr. Román, que no era tan difícil), algo que, en cualquier caso, no debiera haber impedido, con buena voluntad, que este año y de manera provisional, el Carmen hubiera hecho estación de penitencia a la Catedral el Miércoles Santo y, después, a la vista del informe, haber decidido para el futuro. Lo malo, es que piden que el informe les sea presentado a ellos (no a todos los demás) en septiembre. ¿Por qué no en mayo o junio? ¿Han caído todos que la Semana Santa de 2008 empezará el 16 de marzo y, por tanto, la Cuaresma el 6 de febrero? ¿No será todo, de nuevo, muy “prematuro”? Porque, claro, una vez recibido el informe, habrá que montar una comisión que lo estudie detalladamente y proponga las decisiones a tomar y luego habrá que seguir hablándolo y luego… ¡ya será Navidad otra vez! En fin, ¿no hubiera sido más fácil decir directamente “no” y aceptar las posibles consecuencias de tal negativa?
Pero sería injusto cargar toda la responsabilidad sobre las espaldas de los hermanos mayores. Al fin y al cabo, parece que ya se han acabado los tiempos de aquellas generaciones de grandes cofrades y hermanos mayores capaces de tener una visión global de la Semana Santa donde encajaban perfectamente sus propias hermandades. Los actuales dirigentes cofradieros, salvo honrosas excepciones, se han autoconvencido que su misión es preocuparse sólo de las necesidades de su hermandad y encajar todo los demás alrededor de estas necesidades, además de imaginarse todos los posibles inconvenientes que una nueva hermandad en su día pudiera causarles, aunque estos inconvenientes sean absolutamente improbables. Con todo, repito que no se deben cargar todas las tintas sobre ellos. Resulta sorprendente que en el Consejo General (lo siento, no puedo añadir lo de Hermandades y Cofradías, porque el Carmen Doloroso y la Resurrección, por ejemplo, también son hermandades y cofradías), donde son capaces de diseñar unos planos espectaculares que muestran con toda precisión y detalle la situación de cada euro, perdón, de cada silla, o donde un vicepresidente es también capaz de rebuscar en hemerotecas y recortes para conseguir un informe completo con el único objetivo de echar para atrás a un candidato a pregonero, nadie haya podido preparar con antelación el informe que han pedido los hermanos mayores del miércoles (algo, insisto, totalmente lógico) ni presentar unos horarios e itinerarios que les hubieran probado a esos hermanos mayores que la entrada del Carmen no les iba a afectar en nada. Sí, ha habido tiempo para prepararlos, de sobra, pero habría que preguntarse si ha habido capacidad y voluntad. En cualquier caso, la falta de imaginación para resolver cuestiones que no sean de gestión de palcos y sillas y la falta de autoridad de este Consejo son muy preocupantes.La Semana Santa de Sevilla, todo lo que concierne al mundo de las hermandades y cofradías, está sumida en una profunda crisis de identidad y, si no se pone pronto remedio (aquí, Monseñor tendría mucho que decir y que actuar), de consecuencias desastrosas para su futuro. Y decisiones como las del pasado viernes no ayudan precisamente.
Menos mal que, al menos, el domingo recibimos una buena noticia. ¡Ya somos una más! Enhorabuena y bienvenida a los hermanos de Pino Montano. A ver si vosotros, los nuevos, traéis esa bocanada de aire fresco que tanta falta nos hace.
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