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¡Cómo te echo de menos! Isa Serrato


 Hablan de ti como una de las más raras en mucho tiempo, comparto la opinión, pero te echo de menos. Fuiste distinta, pero llegaste, te saboreé, te palpé, te marchaste y ya te anhelaba.

Se siente ya la llegada de farolillos (más verdes que nunca), de sevillanas, de volantes… Una semana de disfrute, de diversión, en la que ahogar penas, una semana de nuevo especial en las que los sevillanos de corazón sabemos regalar sonrisas a sonrisas regaladas.

Pero yo, te sigo echando de menos. Pasaste tan rápido, como una historia de amor fugaz con un principio precioso, un desarrollo ideal y un final que jamás quieres que llegue. Han pasado semanas y es cuando me doy cuenta que más te echo de menos.

¿Cuándo vas a volver? ¿Cuánto queda? Preguntas de infancia pero que todos nos hacemos.

Te echo de menos Señor de la Victoria, que con tu capote desafiaste a la lluvia, y enamoraste más a Sevilla. El Postigo hasta aplaudió cuando el Sol te volvió a regalar su brisa.

Te echo de menos Cautivo, que sueño cuando volví a verte por Plaza Nueva. Cuando sentí más que nunca aquel abrazo del amigo costalero, sentí que no te había perdido. Te echo de menos, Cautivo por Sevilla, ¿cuándo volverás?

Te echo de menos Señor, aunque te tenga todos los días. Aunque para mis hermanos todos los días sean Martes Santo. Te echo de menos y ni siquiera te asomaste a Sevilla.

Te echo de menos, pero…¡cuánta Paz trajiste a Sevilla! Pocos nazarenos te bastaron en un día repleto de capirotes. Yo creo Señor, y perdón por mi osadía, que ese fue tu día.

Te echo de menos, Fundación, para verte Coronado de Espinas, cuando compartía con el amor de mi vida la tradición de vestirse de rúan.

Te echo de menos, Esperanza. Echo de menos esa primera vez en la que fui con Sevilla a tu encuentro con mi medalla colgada de mi corazón. “Macarena sin medida, Tú eres Reina sin igual”

Te echo de menos, Cachorro,  y eso que te pude ver precioso como nunca. Te echo de menos Cachorro, te llevo echando tantos años de menos.

Te echo de menos  y me quedo contigo Soledad que sin el Entierro de Cristo, este año, seguiste llorando, te echo de menos, Soledad.

Pero lo que todo acaba, vuelve a empezar y de la Muerte a la Vida, de la Vida a la Resurrección, a la Aurora del día, a la Aurora de Sevilla.

Pero es que, por mucho que con nostalgia escriba, te sigo echando de menos. ¿Cuándo vas a volver? Pero todos, no tu sólo. ¿Cuándo vas a volver?

En este tiempo de Alegría, de pasos, en breve, en la calle, más pequeñitos, más sensibles con aún más gente de barrio, en este tiempo, quiero que vuelvas y no pases que te quedes eternamente a mi lado. Que me siga asomando al balcón de los sentimientos y no te vea con tristeza, te sonría al ver tu brisa marinera protegiendo a tu ciudad. Pero… ¿cuándo vas a volver? ¡Cuánto te echo de menos!

La historia, quizás este año no fue de amor, tenías mis intenciones y fuiste tú quien no quisiste… será sólo cuando tú quieras, pero… ¿Cuándo vas a volver?

En esta semana que se aproxima, en la que seguro que te veré en alguna de las casetas cofrades llenas de alegría, que nadie cree, en esta semana, te veré, te soñaré y te esperaré como amante fiel bajo el cielo de la misma GLORIA de Sevilla.

Bajo el manto de amor de María, ¡que Dios os bendiga!

A los que sólo les guía la Fe y esta vez a las personas que se fueron contigo y contigo, sueño, que vuelven.

Foto: J. A. de la Bandera









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