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Córdoba. «Queremos un obispo sencillo que transparente a Jesús»


RD. Ante el reciente nombramiento de don Juan José Asenjo como arzobispo coadjutor de la sede de Sevilla y la futura elección del nuevo obispo de Córdoba, nosotros --sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares de esta diócesis-- manifestamos, en primer lugar, nuestro cordial agradecimiento a don Juan José.

Junto al sentimiento por su marcha, expresamos nuestro sincero reconocimiento por su calidad de persona, de creyente y de pastor. Con cercanía, espíritu de acogida y total dedicación ha alentado y respaldado todo cuanto de vida pastoral ha existido o brotado en nuestra diócesis.

Estimando próxima la designación de nuevo obispo, queremos exponer nuestro sentir con el deseo de que ello pueda ayudar a su elección.

Qué nos mueve

Nos importa mucho a todos quién vaya a desempeñar el oficio de pastor; por ello, entendemos que, en este momento de especial significación, no debemos permanecer pasivos, mudos y resignados. Soñamos en nuestro interior con una figura de obispo que, según pensamos, expresa algo, o quizás mucho, del Espíritu del Señor. Confiamos en que los últimos responsables de su designación agradecerán esta expresión del pueblo de Dios en Córdoba y sabrán interpretarla como modesta y sincera ayuda para el mayor bien de esta parte de la Iglesia de Dios.

Lo hacemos con espíritu positivo: con alegría y con esperanza, para participar como miembros activos en el camino de nuestra diócesis en un momento tan interesante como la búsqueda del nuevo pastor. Y, en el reconocimiento y adhesión a su ministerio dentro de la Iglesia, también quisiéramos --cuando ya esté entre nosotros-- ayudarle en su gobierno pastoral, manifestando, siempre que sea necesario, nuestros modos de ver las cosas del camino de Jesús por estas tierras y en este tiempo.


El obispo que deseamos

Hay dos elementos que suponemos en el obispo que nos llegue: primero, que sea un hombre que, con su vida y su quehacer, transparente a Dios y a Jesús; y segundo, que crea de verdad que "otro mundo es posible", el que proclamó Jesús, el Proyecto de Dios, un mundo de fraternidad real, donde haya "vida para todas las personas y todos los pueblos" y donde, por tanto, se vayan salvando los desniveles que padecen los que no tienen vida y en el que, entonces, pueda ser "conocido", con verdad, el Padre de Jesús y Padre nuestro. Que sea éste el criterio supremo de su acción.

Señalamos, ahora, aspectos más concretos:

--Que sea un obispo sencillo, humilde, cercano y accesible a cualquier persona.

--Que esté especialmente cercano a sus curas y los acompañe; igualmente a los religiosos y religiosas.

--Que aliente todo lo positivo de todos los grupos, movimientos o parroquias, sin privilegiar a ninguno.

--Que se abra a la realidad de lo que hay e impulse todos los vestigios del Reino que encuentre y, desde ahí, sin esquemas prefijados y con la búsqueda y discernimiento de todos, anime los nuevos caminos que hagan falta.

--Que esté abierto con espíritu positivo a la sociedad civil cordobesa, al diálogo y colaboración con ella, para buscar una Córdoba mejor, nivelada, de fraternidad, justicia y paz. Que, dentro de ello, tenga una debilidad acusada por la gente más humilde.

--Que impulse una Iglesia sencilla; alegre y pobre entre los pobres; libre ante los poderosos de este mundo.

Dirigimos este escrito al señor nuncio de Su Santidad en España. Al mismo tiempo lo damos a conocer a todos los creyentes de Córdoba, a través de los medios de comunicación, como aportación a la expectativa suscitada por la próxima venida de un nuevo obispo.









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