Cardenal Amigo: "La peor de las corrupciones es la de uno mismo"
RD. El hombre piensa y actúa creyendo que se basta y sobra a sí mismo. No tiene necesidad de Dios. Las consecuencias no pueden ser más nefastas: autosuficiencia y arrogancia, ambición y vanagloria, utilización egoísta del poder... Es pecado es la mala voluntad del hombre libre que se empeña en volver las espaldas a Dios. Quien hace mal a los ojos de Dios cae en la injusticia y el desprecio a los demás.
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