Opinión. ¡Vámonos! ¡Mi arma! Miguel Ángel Osuna Abril.
¡Mi arma! Dícese palabra castiza del mundo del costal expresada en determinados momentos de ordenes o encuentros en el recorrido de una cofradía. Es, para mí al menos, lo más parecido que se puede encontrar al 'Mi Alma', expresión que si se puede encontar en el diccionario de lengua española y que dícese palabra de gratitud y amabilidad a un compañero.
Pues en el mundo del costal todos dicen “MI ARMA”.
El capataz llama: “Vámonos mi arma”, y el patero contesta: ¡Cuando quieras mi arma!
El contraguía te pide: llámate la derecha atrás mi arma y el patero contesta: lo que tu quieras mi arma. Toca el martillo y chicotá apurada de kilos y te pregunta el corriente ¿Tu como vas mi arma? El fijador le dice: Hasta los ojos mi arma. Un agüaó te levanta el faldón y te pregunta: ¿Quieres agua mi arma? Tú le contesta un poquito mi arma. El relevo toca y te dice el tullo ¡Que bonito viene mi arma! Cuando toca la marcha, escuchas a la señora por el respiradero... ¡Que bien lo lleváis mi arma! Y 'pá colmo' al salir de relevo el costalero se tropieza con ese “Peazo de Guardia Civil de escolta” y con bigote acentuado y te dice: ¡Ten cuidado con mi pié mi arma!, y en este caso uno piensa que mala suerte, mira que donde he ido a poner el pié, mi arma.
Quiero decir con esto que los “Mi armas” solemos estar cerca del Señor y de su Madre María en esos momentos del recorrido de una cofradía. Por que es quizás lo que nunca podemos ver y sin embargo queremos entregárselo a nuestros titulares, ¡Eso sí! cuando ellos lo crean oportuno.
¡Bien aventurados los “Mi armas” de esta Ciudad Mariana!
Foto: Miguel Ángel Osuna.