Arte Sacro
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15 de abril. La Muerte del Arte. El Almanaque.


 De repente te ha invadido la nostalgia. La de hace ya algunos años. Llegó el profesor universitario y en su temido examen te hizo la pregunta: "¿qué quiere decir Hegel al afirmar que el arte ha muerto?". No lo dudaste. Fue la única vez: te levantaste, entregaste los folios y te fuiste... En los días de la nostalgia se te han acumulado las imágenes, las de la belleza de toda la vida y las que nunca alcanzarán la belleza. Un reguero de recuerdos: vírgenes artrósicas expuestas junto a batitas fresquitas, supuestos cristos entre miles de recopilaciones de libros repetidísimos, guías que no enseñan nada nuevo al de dentro y muy poco al de fuera, coleccionables de la monotonía, pregonzuelos y pestiñazos de la mediocridad, pasitos montables y desmontables con cuponcitos, sillitas de cazadores para estorbar la belleza en lugar de reclinatorios, confusión entre retransmisión y homilía, entre narración y pedantería, pollos encima de sagradas canastillas, gritos y olés paara ensuciar la esperanza en un mundo más bello, colores imposible en las lentillas de algunas imágenes y en las intimidades de la concurrencia, cornetas que invitan a invadir Polonia y parte de Estonia, marchas que anticipan el atasco en la salida hacia el Aljarafe, flores que el atrevidísimo prioste encargó en el multiprecios de la esquina, sucia mescolanza entre la política, la devoción y el sentimiento; muñecos con la categoría de esculturas, entradas que se convierten en la operación triunfo de costaleros y saeteros, mantillas con la categoría del mantillo, misterios que son casos misteriosos, público que sólo sabe esperar, rótulos y azulejos callejeros a devociones de antesdeayer, tallas dispuestas a participar en el circo del Sol, basureros en los suelos que pisó la divinidad y en los palcos que pisó la vulgaridad, soledades para bellezas olvidadas y masas para acompañar a la mediocridad...

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