Francisco Javier Segura hizo vibrar a todos los presentes en el Pregón de las Glorias
Daniel García Acevedo. En el mediodía del sábado 16 de mayo, tuvo lugar el pregón de las hermandades de glorias en el altar de plata de la Catedral , presidido por el Sagrado Corazón de Jesús y co-presidido por los simpecados de las hermandades de gloria que acompañaron el viernes durante el ejercicio del Vía-Lucis.
El acto estuvo presidido por el Cardenal Amigo y también estuvo presente el delegado de hermandades y cofradías Manuel Soria Campos.
La presentación estuvo a cargo de la delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto Castro y la banda municipal interpretó las marchas “Aires de gloria” que fue un estreno, de Juan Antonio Pedrosa y “Pura y Limpia” de José Albero.
Francis Segura pregonó a las hermandades de gloria con su particular visión de cofrade dedicado en cuerpo y alma a las corporaciones letíficas desde su juventud. Nos enseñó de lo que son capaces las glorias y de todo lo bueno que tienen.
Le dedicó un pasaje hermosísimo y muy merecido a Juan Martínez Alcalde, otro cofrade de glorias del que deberíamos tenerlo más en cuenta.
Sería muy difícil destacar un pasaje de su pregón sobre otro, ya que todos los versos fueron, al menos para mi gusto, de una gran calidad y fáciles de entender aderezados por sus gestos y claridad en la alocución, lo que hizo que el pregón se hiciera muy corto.
Sin embargo, no puedo dejar de mencionar el inicio, dedicado a la Virgen de los Reyes, la dedicada a los jóvenes con la Virgen de Valvanera, al proyecto Fraternitas y a la Pura y Limpia.
Igualmente, destacaron las partes dedicadas a las vírgenes del Carmen y la defensa de la vida, a la procesión de los niños de las vírgenes del Rosario reivindicando el cierro de Santa Catalina y el dedicado a las hermandades filiales, donde destacó la parte de la Virgen de Araceli.
Pero si bello fue toda esta parte del pregón, para el final dejó toda la emotividad posible.
El pasaje dedicado a su hermandad de la Divina Pastora y Santa Marina, para los que le conocemos, y todos los momentos vividos allí, fue especialmente afectivo y el final, donde encomendó al Sagrado Corazón de Jesús a su abuela, recientemente fallecida, puso el nudo en la garganta de unos y las lágrimas de la mayoría de los asistentes, emocionados por el momento.
Sin duda, un pregón de un cofrade que lleva toda su corta vida al servicio de las hermandades y “delante de los pasos”, como el mismo dijo en su pregón y que no defraudó a nadie.
Fotos: Juan Alberto García Acevedo.