Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • miércoles, 15 de mayo de 2024
  • faltan 333 días para el Domingo de Ramos

Adrián Ríos: "La JMJ ha llenado de esperanza a los que profesamos una misma fe"‏


 Arte Sacro El delegado diocesano de Pastoral Juvenil, Adrián Ríos, ha resumido sus impresiones tras la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en una carta en la que destaca en primer lugar el intenso trabajo desarrollado durante los dos últimos años por miles de voluntarios “que han entregado su esfuerzo y oración por los frutos de esta JMJ”. Adrián Ríos califica la JMJ como “una auténtica Pascua (…) que ha llenado de esperanza a los que profesamos una misma fe en Jesucristo y, a la vez, ha supuesto una nueva interpelación a los que ponen en duda  la vida y misión de la Iglesia”.

"Fundamento sólido a nuestra fe"

El hasta ahora delegado de Pastoral Juvenil, que comienza en breve una etapa formativa en Roma, reflexiona sobre el desarrollo de la JMJ paso por paso, y aborda los aspectos más destacados de cada uno de los actos multitudinarios que se celebraron en Madrid. De la celebración en Cuatrovientos destaca que “fue la máxima expresión en los últimos tiempos de la comunión eclesial, donde la multitud de carismas y ministerios celebraban el memorial que los configura, los alimenta y los envía a la misión de anunciar a Jesucristo”. Tiene también un recuerdo especial para la vigilia de la noche anterior, “donde recordábamos con el Santo Padre la amistad que Él nos regala y la invitación a seguirle en radicalidad, con entusiasmo y con autenticidad. Ni la tempestad, ni la falta de agua o de espacio ante el desbordamiento de las previsiones de asistentes, pudieron tumbar el profundo silencio, en Sevilla llamaríamos silencio maestrante, que se produjo en torno a la Adoración del Señor, expuesto en la magnífica custodia de la Catedral de Toledo”, subraya.

Ríos añade que el papa “nos ha ayudado con sus exhortaciones en estas jornadas a dar un fundamento sólido a nuestra fe, que no quede en solo en el plano de los sentimientos”. “Además –señala- nos ha interpelado a la formación adecuada, para poder dar razones de nuestra fe en un mundo que quiere dejar a Dios a un lado, y nos ha regalado el Catecismo de la Iglesia como guía de la necesaria formación”.

Destaca también las catequesis de los obispos, con más afluencia de jóvenes participantes que en otras ocasiones: “han sido un refuerzo para algunos y un comienzo para otros en el camino indicado de la formación. Unas catequesis enriquecidas por testimonio de jóvenes, que en el caso de nuestra Archidiócesis, emociono a los jóvenes participantes tanto como a los obispos catequistas”.

Testimonio de los jóvenes

Especial mención hace del testimonio de los cerca de dos millones de jóvenes que se han dado cita en Madrid: “junto a la predicación del Santo Padre y de los Sres. Obispos en las catequesis, la predicación más llamativa de estas JMJ 2011 la han protagonizado los jóvenes con su comportamiento ejemplar. La alegría con que han inundado las calles y plazas de Madrid, las estaciones de tren, las líneas de metro, ha emocionado a creyentes y no creyentes que transitaban en estos días las calles de la capital de España, y ha provocado la violencia de aquellos que no son capaces de digerir el gozo  produce el encuentro con Jesucristo en la Iglesia. Y ante la provocación de unos pocos, la serenidad de los jóvenes, la humildad de los sacerdotes que eran insultados y empujados, y la falta de reacción de aquellos a quienes compete salvaguardar el orden público”.

Este testimonio juvenil, “ha dejado sin palabras a todos los que ponían en entredicho esta ocasión de escuchar a los jóvenes cristianos en tiempos de crisis”. En este sentido, Ríos deja constancia de la fe y el respeto vivido durante el rezo del via-crucis, y de las meditaciones que escribieron las Hermanas de la Cruz.

TEXTO ÍNTEGRO DE LA CARTA DE ADRIÁN RÍOS

 En estos días vividos en Madrid, con motivo de la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud 2011 hemos podido reconocer el paso del Señor por el rostro más joven de su Iglesia. Ha sido una auténtica Pascua, que ha llenado de esperanza a los que profesamos una misma fe en Jesucristo y, a la vez, ha supuesto una nueva interpelación a los que ponen en duda  la vida y misión de la Iglesia.

A poca distancia aún de este acontecimiento de gracia que nos ha regalado el Señor es bueno hacer síntesis de lo vivido y aprendido, para guardar, en lo más hondo de nuestro corazón y nuestra mente, las mociones regadas por el Espíritu, las llamadas personales y eclesiales que hemos recibido.

La mejor perspectiva de esta síntesis nos la ofrecen los momentos de encuentro preparados por miles de voluntarios, sacerdotes, religiosos y religiosas, y laicos, jóvenes y adultos, que han entregado durante más de dos años su tiempo, su esfuerzo y su oración por los frutos de estas JMJ Madrid 2011. a todos ellos debemos agradecerle, como hizo el Santo Padre en IFEMA poco antes de su despedida, el buen desarrollo de los días vividos.

Y como la perspectiva la tomamos desde los acontecimientos pasados, comencemos la secuencia de esta síntesis de fin a principio, encontrando en primer lugar la celebración de la Eucaristía en Cuatrovientos: Esta imagen nos ofrece la Iglesia expresada en el Concilio Vaticano II (LG 7), en Eclessia de Eucharistía (36), del Beato Juan Pablo II o en Sacramentum Caritatis (15), de S.S. Benedicto XVI, reunida en torno a la mesa de la Palabra y al altar del sacrificio de Jesucristo. La Eucaristía como fuente de comunión y  misión y como culmen de la vida de la Iglesia. Presidida por el Santo Padre, concelebrada por cientos de obispos y miles de sacerdotes y participada por una representación, la más joven, del pueblo de Dios que camina tras las huellas del Maestro, la celebración en Cuatrovientos fue la máxima expresión en los últimos tiempos de la comunión eclesial, donde la multitud de carismas y ministerios celebraban el memorial que los configura, los alimenta y los envía a la misión de anunciar a Jesucristo.

Jesús Eucaristía siempre en el centro de las JMJ: en la Celebración, y en la Adoración de la Vigilia de la noche anterior, donde recordábamos con el Santo Padre la amistad que Él nos regala y la invitación a seguirle en radicalidad, con entusiasmo y con autenticidad. Ni la tempestad, ni la falta de agua o de espacio ante el desbordamiento de las previsiones de asistentes, pudieron tumbar el profundo silencio (en Sevilla llamaríamos “silencio maestrante”) que se produjo en torno a la Adoración del Señor, expuesto en la magnífica custodia de la Catedral de Toledo. Era la expresión del “arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” que meditamos y cantamos como lema de las JMJ

El Papa nos ha ayudado  con sus exhortaciones en estas jornadas a dar un fundamento sólido a nuestra fe, que no quede en solo en el plano de los sentimientos, sino que profundice y arraigue en el encuentro con Cristo que se produce en la celebración de los Sacramentos, en la oración personal y en el compromiso con los más débiles. Además nos ha interpelado a la formación adecuada, para poder dar razones de nuestra fe en un mundo que quiere dejar a Dios a un lado, y nos ha regalado el Catecismo de la Iglesia como guía de la necesaria formación.

Las catequesis de los Sres. Obispos, con más afluencia de jóvenes participantes que en otras ocasiones, han sido un refuerzo para algunos y un comienzo para otros en el camino indicado de la formación. Unas catequesis enriquecidas por testimonio de jóvenes, que en el caso de nuestra Archidiócesis, emociono a los jóvenes participantes tanto como a los obispos catequistas.

Junto a la predicación del Santo Padre y de los Sres. Obispos en las catequesis, la predicación más llamativa de estas JMJ 2011 la han protagonizado los jóvenes con su comportamiento ejemplar. La alegría con que han inundado las calles y plazas de Madrid, las estaciones de tren, las líneas de metro, ha emocionado a creyentes y no creyentes que transitaban en estos días las calles de la capital de España, y ha provocado la violencia de aquellos que no son capaces de digerir el gozo  produce el encuentro con Jesucristo en la Iglesia. Y ante la provocación de unos pocos, la serenidad de los jóvenes, la humildad de los sacerdotes que eran insultados y empujados, y la falta de reacción de aquellos a quienes compete salvaguardar el orden público.

SS Benedicto XVI nos enviaba a la misión, pero ésta ya había comenzado con el testimonio de esperanza que los jóvenes de la Iglesia ha dado durante las JMJ y que ha dejado sin palabras a todos los que ponían en entredicho esta ocasión de escuchar a los jóvenes cristianos en tiempos de crisis. La fe y el respeto vivido durante el rezo del Via-Crucis así lo mostraron al mundo. Las meditaciones escritas por nuestras queridas Hermanas de la Cruz nos asociaban a la pasión del Señor que hoy sigue viviendo en los crucificados de nuestra historia.

Termino con palabras de bienvenida, no las que el Cardenal Rouco dirigió al Santo Padre, sino de ¡Bienvenidos! a todos los que hayáis encontrado en estas JMJ una puerta abierta a la esperanza que brota del Resucitado tal como lo ha testimoniado “la juventud del Papa”.

Adrián Ríos

Sitio relacionado: http://www.diocesisdesevilla.org/

Fotos: Francisco Santiago y Juan Alberto García Acevedo.



 










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.