Entrevista a Manuel Zamora Descane, candidato a Hermano Mayor de la Esperanza de Triana
Arte Sacro. Aunque suene a tópico, Manuel Zamora Descane lleva toda la vida "encerrado" en el corazón de Triana. Nació el 6 de julio de 1944 en Alfarería, y cruzó unos metros para irse a vivir a los 25 años a la calle Antillanos Campos, tras casarse en la Capilla de los Marineros. De ahí a su actual residencia en la calle San Jacinto, un pequeño cambio "pero con la misma esposa, con la que llevo 43 años de casado, que ya es meritorio en los tiempos que corren". Padre de tres hijos, abuelo de cuatro nietos, y otros dos que vienen de camino, Manuel cuenta con una amplia experiencia en la Hermandad, a la que pertenece desde los 12 años y en la que ha ocupado los cargos de Secretario y Teniente de Hermano Mayor (2000-2006). Ahora ofrece su candidatura a Hermano Mayor para las elecciones del próximo mes de junio.
Manuel, ¿cuáles son los objetivos principales de su candidatura?
Fundamentalmente queremos más unión en la Hermandad, a la que hemos visto progresivamente más disgregada con el paso de los años, y no sólo por este periodo electoral en el que nos encontramos. De esta forma, si salgo elegido, haré más labor de apostolado que de Hermano Mayor.
Asimismo, considero fundamental que le demos su sitio a todos los colectivos de la Hermandad, como el coro, la coral, las bandas, los capataces o los costaleros. Sabemos que hay defectos que pulir, pero con el diálogo se irán solventando. Somos conscientes que muchos están desconfiados y desconfiando de la situación actual. No podemos estar alejados de estos colectivos, hay que estar de la mano con ellos. Aplicaremos la máxima de que hablando se entiende la gente.
Por otro lado también queremos potenciar una mayor cercanía con el Arzobispado. El señor Arzobispo es nuestro pastor, por lo que debemos estar en permanente comunión con él. Por ejemplo, debemos recordarle todas las acciones sociales que lleva la Hermandad a cabo, solicitando la ayuda necesaria para mantener la bolsa social y de caridad que actualmente se encuentra desbordada.
¿Qué opinión le merece que sean tres las candidaturas que se han presentado, incluyendo la suya?
En primera instancia no me parece lógico, ya que habitualmente han sido dos: un miembro de la Junta saliente, que suele ser el Teniente de Hermano Mayor, y una alternativa. Sin embargo, en esta ocasión un antiguo Hermano Mayor, que está en su pleno derecho de hacerlo, también ha presentado su candidatura. Como se suele decir, las urnas decidirán. Pero los tres debemos tener muy clara una cuestión: el que salga elegido debe tener a su derecha e izquierda a los otros dos candidatos, arrimando el hombro en adelante para lo que sea necesario por el bien de la Hermandad.
Ya que ha comentado que existe desunión en la Hermandad, ¿cuáles son los pasos que deben darse en pos de la integración?
La Junta de Gobierno debe abrirse a la Hermandad, atraer a todos los hermanos para que vengan la mayor cantidad de veces posible a los actos que se organizan. Por ejemplo, cada vez menos personas asisten a la Misa de Hermandad que se celebra todos los viernes. Debería quedarse la capilla pequeña, y que hasta en la calle retumbara el padrenuestro y la salve tan característicos de esta Hermandad.
A colación de esta reunión, queremos recuperar las convivencias que tan buenos recuerdos nos traen años atrás en el salón multiusos. Ahí surgían sugerencias y propuestas que se llevaban tarde o temprano a cabo. Sin olvidar que era un momento magnífico para inscribir a nuevos hermanos, a veces a más de 25 por semana. Sabemos que estamos en crisis, pero la captación de nuevos hermanos y hermanas es fundamental. Yo pondría a toda la Junta de Gobierno en esta fundamental función, recuperando sobre todo a los que hemos perdido, algunos porque no podían pagar la cuota. Necesitamos dinero sano, que no nos cueste intereses.
Por lo tanto, no lleva entre sus objetivos la subida de la cuota.
En cuanto se tomara posesión, se vería la necesidad o no. Tendríamos que estudiar cómo son los ingresos y gastos actuales, ya que sabemos que en los últimos años existe un elevado impago de cuotas. Procuraría por todos los medios que no fuera así, pensando en la economía de todos los hermanos. A día de hoy no me puedo pronunciar, pero tiendo a creer que no es necesario.
¿Y algún cambio en el equipo de costaleros o capataces?
Sé que en otras hermandades suele ocurrir que el cambio de Junta de Gobierno viene aparejado con otras modificaciones, pero en la Esperanza de Triana no suele hacerse. Yo no parto con la idea preconcebida de cambiar o echar a nadie. Como dije antes, hay que hablar con todos los colectivos. Para mí los pasos van de forma espectacular estos años en todos los aspectos, por lo que para qué cambiar de costaleros, capataces, camareras, vestidores, bandas, auxiliares y en general todas aquellas personas que colaboran desinteresadamente con la Hermandad. Otras cosas son las que surgen en los mentideros, pero después no pasa nada. Estoy a 10.000 años luz de cambiar lo que está rematadamente bien.
¿Cuál sería la gestión de la bolsa social y asistencial?
Este punto es fundamental mantenerlo y reforzarlo. En primera instancia aumentar, dentro de lo posible, la colaboración con el Convento de las Hijas de la Caridad, que realizan una labor encomiable que debería ser premiada y conocida en el Vaticano. No hay que olvidar que sus servicios de cocina económica y supermercado, que en los inicios auxiliaban eminentemente a los transeúntes, cuentan ahora con muchos vecinos del barrio, que no tienen ni para las gafas de sus hijos o para pagar la luz. Estamos en una situación límite con esta crisis económica, por lo que ahora es el momento de arrimar aún más si cabe el hombro.
Por otro lado, queremos servir de nexo de unión entre los hermanos que puedan ofrecer trabajo y aquéllos que están desempleados. Esto sin olvidar que buscaríamos la opción de contratar algunas labores propias de la hermandad a estos hermanos y hermanas sin empleo que lo están pasando tan mal.
¿Cómo buscan mejorar las labores de priostía?
Veo mucha juventud alrededor de la Hermandad que no puede trabajar en ella a pesar de quererlo con todas sus ganas. Hay que permitir la entrada de savia nueva, tanto en el montaje de los altares de culto como en la cofradía propiamente dicha. Estos jóvenes que van aprendiendo serán los priostes del mañana. Yo les dejaría entrar desde muy jovencitos, tengan la edad que tengan, aunque sea llevando un candelero. Podríamos enseñarles a trabajar dentro de la capilla, por ejemplo ayudando a las camareras o aprendiendo a usar un incensario o una naveta, para que de mayores pasen a ser acólitos portando el cirial o la pértiga. En este sentido, queremos potenciar los cursos de teología, estos jóvenes deben conocer la idiosincrasia de una Hermandad como ésta, sacramental, de penitencia y de gloria.
Esto no significa que nos olvidemos de las personas mayores, a las que debemos consideración y atención. Su experiencia es fundamental para el día a día. Muchos han luchado hasta la extenuación por la Hermandad y deben tener su sitio. Son nuestros maestros para todo, no podemos olvidarlos.
¿Qué papel pretenden darle a la Mayordomía?
Sin duda debe ser cada día más transparente. Los cargos de Mayordomía conllevan un desarrollo en materia económica similar al de un director financiero de una empresa; eso lo sabemos sobre todo los que somos empresarios. Dichos conocimientos hay que trasladarlos al manejo de la Hermandad, al fin y al cabo el Mayordomo 1º es el ministro de economía del gobierno de la Hermandad. Es un cargo de mucha importancia, ya que debe saber por dónde meter la tijera sin dañar lo fundamental. Todos los candidatos deben ser muy cuidadosos con esta elección para evitar sorpresas desagradables a posteriori.
Ya que hablamos de la Mayordomía, cuéntenos cómo es la Junta de Gobierno que le acompaña en esta candidatura.
Estoy sumamente orgulloso del equipo humano que me rodea en esta candidatura. Hemos logrado un fantástico grupo de personas muy competentes, mezcla de juventud y veteranía, que adoran a nuestra querida Hermandad y que cuentan con innumerables ideas para mejorar la parcela que le correspondería. Son hombres y mujeres muy preparados, con amplios conocimientos y experiencia en materias como la abogacía, la economía, la teología o las relaciones públicas.
¿Intentaría en sus años de mandato finalizar las obras de mejora de la Capilla?
La Junta saliente no ha podido terminarlas por imponderables, aunque muchas fases de albañilería y electricidad están acabadas. Hay que hacer todo lo posible para que se culminen lo antes posible. De hecho, en estos días se ha bendecido el nuevo Altar del Stmo. Cristo de la Humildad y Paciencia, por lo que resta el Retablo del Stmo. Cristo de las Tres Caídas, que se está ultimando en los talleres de Manuel Guzmán. Si fuera elegido, también tengo en mente la confección de un pequeño museo con todo el ajuar del Cristo y de la Virgen, visitable para todos los sevillanos.
¿Qué relación mantiene con el mundo cofrade sevillano?
Personalmente, al igual que el resto de los hermanos de la Esperanza de Triana, la relación es exquisita con todas las hermandades de la ciudad, especialmente con las de Triana. Soy de los que piensa que el barrio siempre tiene que ir de la mano, sea parroquia, convento o hermandad.
Saliendo del puente, tengo un especial cariño por el Baratillo. Es un gran oasis en nuestra estación de penitencia todas las madrugadas, donde asisten a todos aquellos hermanos que lo necesitan, para luego seguir acompañando a nuestros Sagrados Titulares. Y la hermandad de Las Aguas, que estuvo establecida durante muchos años en el Convento de San Jacinto, Advocación de la Esperanza. y todas las demás, con las que se mantiene relación de una forma u otra.
Por último, Manuel, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a todos los hermanos de la Esperanza de Triana?
Sobre todo que nos unamos más, que ahondemos en lo que nos acerca más que en lo que nos diferencia. La Hermandad debe ser un punto de encuentro, entre nosotros y con nuestros Sagrados Titulares.