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Opinión. "Y esto, ¿qué es?". El Diputado de Cruces.


Hace pocas semanas, un paso de palio, venido de una localidad onubense, recorrió las calles sevillanas, desde el centro hasta un barrio bastante alejado. Sobre él, iba la imagen de una virgen dolorosa perteneciente a una asociación cofrade y cultural (así autodenominada), acompañada de una banda que abría el cortejo y otra que lo cerraba. Muchas personas, forasteros y no tanto, al ver la procesión, se hicieron la misma pregunta: “Y esto, ¿qué es?”

Últimamente esta tomando auge este fenómeno, que no es ni mucho menos nuevo, de las asociaciones culturales, asociaciones cofrades, pro-hermandades y demás (conocidas en el argot del mundillo cofrade como las ilegales). Consiguen una o dos imágenes, unos mínimos enseres, un proyecto de paso, buscan costaleros (que en Sevilla sobran), una banda (que también) y a la calle. En algunos casos, bastantes, parece que la salida es lo más importante, aunque sea desde un tinglado puesto en medio de la calle, una asociación de vecinos, un colegio o un garaje. Así, se están poniendo en las calles de Sevilla algunas imágenes, enseres y pasos que no cubren lo mínimo que marcan nuestra historia y tradición, incluso maniquíes vestidos de romanos, todo ello por no tener la paciencia de ir haciendo las cosas poco a poco, al ritmo que marquen las circunstancias y posibilidades de cada uno (y eso que hay magníficos ejemplos donde mirarse). Lo último de este movimiento es la creación de una federación de asociaciones cofrades (un consejo de asociaciones, vamos) que se ya encarga de organizar las procesiones (hasta de hablar con el CECOP), conseguir los préstamos de enseres, buscar costaleros y bandas,….

La gran pregunta es: Y detrás de estas asociaciones, ¿qué bagaje existe? Bueno, realmente hay de todo. Algunas, las menos, organizan actividades culturales (verbenas, veladas, alguna que otra conferencia), donaciones de sangre, campañas de Navidad, recogida de alimentos,…. Las que disponen de más posibles, incluso tienen oratorio o capilla propia, donde celebran cultos a los titulares, aunque también sabemos de besamanos y besapiés celebrados en garajes, locales o lugares similares tan poco apropiados. De otras muchas, sólo se tienen noticias a la hora de la salida. Desde luego y en general, se marcan claramente las diferencias con la Iglesia oficial (evidentemente, no estoy incluyendo entre las ilegales a aquellos grupos parroquiales, como Pío XII, Rochelambert y otros, que han iniciado su camino dentro de la parroquia y que, siguiendo las directrices eclesiales, esperan conseguir, en el momento adecuado, su erección como hermandad). La más que socorrida explicación es aquella de que los curas no nos quieren dentro de los templos, que sé que es verdad en algunas ocasiones (y es que hay cada cura que…), pero también sé que hay otros casos en los que ni siquiera se ha contactado con el párroco del lugar, aunque luego se le haya puesto a parir. Y también las hay que en ningún momento han tenido el más mínimo interés de relacionarse con la Iglesia.

Hace un par de años, tuve la ocasión de hablar con el promotor-dueño de una de estas asociaciones culturales. Y el hombre fue muy sincero, lo que es de agradecer. Hablando siempre en primera persona me contó que “yo lo que quiero es disfrutar con mi cristo sacándolo en un paso. A los vecinos también les gusta y, entre todos, colaboramos para pasar una tarde estupenda. Esto no tiene nada que ver con la iglesia ni con los curas”. Curiosamente, este año he podido ver junto a él, en la presidencia de la procesión, a un muy conocido cofrade. Y es que cada uno tiene que saber dónde se mete.

Yo creo que este movimiento debiera empezar a preocupar en Palacio y en el Consejo General. Este último ni puede ni debe renunciar a su responsabilidad (compartida con la de gestionar los dineros de sillas y palcos y con la de organizar la Semana Santa, elegir pregoneros, cartelistas e imágenes para el Vía-Crucis y el Pregón de las Glorias, que parece son las únicas que ocupan y preocupan) como velador y guardián de las tradiciones y formas de la religiosidad popular sevillana. Y en Palacio deben analizarlo en un doble sentido: por un lado, hay curas que pueden estar fomentándolo por sus actitudes intransigentes, poco inteligentes y faltas de caridad, que deben evitarse; por otro, se está haciendo un uso inadecuado de imágenes de Nuestro Señor y Su Santísima Madre, en algunas ocasiones, rayando casi en el esperpento. Si hay que tomar alguna medida, pues habrá que hacerlo, aunque conlleve la crítica de los de siempre

De todas formas, que nadie se engañe. Del auge de este fenómeno tenemos mucha culpa los que nos consideramos cofrades, por nuestros silencios y por la permisividad que mostramos ante la banalización de todo lo que tiene que ver con la Semana Santa. Hemos dejado que lo accesorio (música, costaleros, bordados, tocados, flores y demás) se convierta en imprescindible, que nos hayan convencido que la palabra disfrute (que es la que de verdad vende) debe situarse en el centro de todos nuestros afanes y, sobre todo, hemos descuidado la formación de nuestros jóvenes hasta un punto que resulta escandaloso. Y, por otra parte, tampoco reaccionamos contra los continuos ataques que desde muchos frentes (incluso desde este mismo mundillo que rodea a las hermandades y cofradías) se hacen a nuestra Iglesia. ¡Ojalá no nos arrepintamos de todo ello algún día!

Nota final. Aunque lo he repetido muchas veces, lo que precede a esta nota son sólo mis opiniones. Y quiero recalcarlo ahora porque sé que el tema que he tratado tiene que ver con personas concretas (conozco a algunas de ellas) que involucran su tiempo libre, su esfuerzo, en la gran mayoría de los casos desinteresado, sus afanes y, hasta en ocasiones, sus devociones en ello, aunque a mi me parezca que, quizás, en una dirección no correctamente encauzada. Por consiguiente, si alguien se siente atacado, mis disculpas más sinceras. Pero, como he escrito, creo que se debe acabar con los silencios que tanto daño nos están haciendo y espero haberme expresado en el tono más comedido y respetuoso.

diputadocruces@yahoo.es

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