Restauración de un lienzo de la Divina Pastora de la Parroquia del convento de Capuchinos
La iconografía de la Virgen como la Divina Pastora, es una advocación netamente sevillana. Cuenta las crónicas del convento de Capuchinos, que estando Fray Isidoro de Sevilla en oración, en el coro bajo del convento, se le manifestó la Virgen con traje de Pastora, mandándoles la diera a conocer así al mundo. Para ello funda Hermandades o rosarios publicos con ese título siendo la primera de ella, la establecida en 1703 en la Iglesia de Santa Marina de la capital hispalense.
Para dar forma a tal devoción el propio venerable encargó al pintor Miguel Alonso de Tovar, discípulo de Murillo, la realización de una pintura de la Divina Pastora.
A partir de ese momento prácticamente, todas las composiciones pastoreñas mantendrán los mismos elementos sin modificación alguna.
Foto: Archivo.