El misterio de Pentecostés lleva por nombre Rocío. (Incluye galería)
Eduardo Fdez López. Es difícil describir este misterio, siéndolo mas aún de la Romería del Rocío, por lo que significa para muchos peregrinos que durante todo el año esperan a que llegue la noche más larga y el momento en el que los almonteños salten la reja para llevar a su Virgen a los miles de fieles llegados desde todas las partes del mundo.
Mucho se habla del Rocío, por aquellos que se encargan de empañar esta auténtica demostración de fe en la que se envuelve la romería de Pentecostés, una romería la de 2013 con muchas novedades y con muchos acontecimientos por la que se recordará sin lugar a dudas.
El frío que ha sido protagonista los días de camino, también estuvo presente en la pasada madrugada durante la procesión, que dió comienzo después de la entrada del Simpecado de la Matriz en el templo dando paso al salto de la reja a las 3:22 horas, siendo la primera vez que los almonteños abrieron un pasillo que permitió la cómoda entrada del Simpecado al finalizar el rosario y la salida de la Virgen, que no tardó más de cinco minutos desde el atrio del altar a la esplanada, algo que en los últimos años y ante la aglomeración se hacía casi interminable.
Según la Hermandad Matriz el objetivo era además de la organización, el proteger el paso de la Virgen, evitando así las numerosas caídas sin haber salido aún del templo. Perfectamente organizada estuvo también en general toda la procesión, la más rápida de las que se recuerda y en los que la Virgen saludó a todos los Simpecados, los 112 y a todos los peregrinos que junto a ellos saludaban a la Virgen del Rocío, que por primera vez veía a dos de ellos, dos nuevos hijos podemos decir y dos nuevas hermandades que han visto cumplidos su sueño, Chipiona y Tablada, una sevillana y la otra venida desde tan querida localidad para muchos sevillanos.
A las 10:25 llegaba la Virgen a la concha que abre el Santuario, siete horas de procesión, siete horas de bendiciones, de rezos y de salves a la que es reina de las marismas, la que Almonte venera desde hace siglos y que para muchos es centro de devoción y diana de peticiones, porque el Rocío y la Virgen es un misterio que cada año se vuelve a rememorar cuando llega Pentecostés.
Fotos: Sebas Gallardo.