X años de Arte Sacro. ¡¡¡Cómo hemos cambiado!!!. Francisco Santiago

Pues sí, no sé por qué me ha venido a la mente aquella canción del grupo Presuntos Implicados y me he puesto a describir nuestro hoy, tan lejano de aquel ayer, cuando empecé a vislumbrar este proyecto que antaño llamábamos Pasión. 

Antes éramos dos y (sin programación, sin Facebook, sin twitter, pero con muchas ganas) nos comíamos la información a golpe de teclado y páginas (y páginas) de información cofrade. 

Hoy somos más de 10 los que conformamos el equipo y todos hemos bajado el listón muchísimo, a pesar de seguir siendo referente informativo, según nos cuentan muchos de nuestros lectores. 

Claro está que hace 15 años yo estaba recién casado y sin hijos (hoy soy padre de dos chavales magníficos y Pepelu de una niña preciosa) y esto nos hace tener otros deberes añadidos, como también los tienen el resto de miembros, de una u otra forma. 

Pero ese aliciente continuo que nosotros mismos nos marcábamos, hoy en día se ha convertido en excesiva comodidad. Para vernos las caras en un acto muchos de los que formamos el equipo, tiene que ser un evento muy particular y, por supuesto, organizado por nosotros mismos y, aunque no se lo crean, en estos diez años jamás hemos logrado reunirnos todos los componentes por ningún motivo, ni por ninguna celebración. 

Nos hemos aburguesado demasiado. Quizás sean los años, la monotonía, la crisis (colectiva e individual), el caso es que nada es como era antes. Esta Cuaresma será especial para nosotros, cumplimos 10 años con la actual denominación de “Arte Sacro”, pero quiero (porque lo necesito) recuperar ese afán de superarnos, de compenetrarnos para cubrir absolutamente todo, de compartir cansancios, fotos, convivencias y todo lo que nos ha hecho grandes, a pesar de nuestras muchas limitaciones. 

Han sido 15 años de lucha diaria los que nos han llevado a estar en la situación y posición actual, tan así que hasta grandes medios de comunicación nos consideran “competencia directa”, todo un honor para nosotros. 

Por eso en este año 2014 quiero cerrar este “ciclo” y empezar a escribir la tercera parte de esta trilogía, la que retome el carácter impetuoso que nos vio nacer y crecer. Porque sé a ciencia cierta que podemos lograrlo, pero no a costa de ser parte de un equipo que “no funciona, pero tiene gracia”… Como dice el dicho “la tierra para el que la trabaja” y artesacro es una tierra donde hay todavía mucho en lo que trabajar. Y vamos a hacerlo para que dentro de otros diez años, podamos seguir diciendo, ¡¡¡Cómo hemos cambiado!!!, pero a mejor.