El año del Buen Fin. José Cretario. ABC Sevilla

El lote de coronaciones anunciado el 12 de enero -Buen Fin, Trinidad y La O- tomó cuerpo en primera instancia en octubre cuando Fray Carlos impuso la corona a la Virgen de la Palma. Contra pronóstico, aquel acto tuvo una carga emotiva excepcional determinada por sus ingredientes: una ceremonia sencilla, un Cardenal jugando en casa y una participación, la de los niños del centro de estimulación precoz, que reventaron los lacrimales. Pero el suceso del robo y sobre todo sus circunstancias fueron como un AVE. De la cima a la sima en dos horas y media. Parecía imposible una recuperación inmediata pero ellos han demostrado que la cohesión y sobre todo la calidad cristiana-humana, por tanto de Carlos Bourrelier y su gente son garantía de milagro. Y ahí están, dando ejemplo de que aquí, aparte de la coronación, no ha pasado nada.

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