Arte Sacro
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El capillita (versión pedagogo). Antonio Sánchez Carrasco


Hablando de inexplicable, el capillita también es pedagogo y siempre trata de explicar lo inexplicable y de enseñar al que no sabe o no entiende, para ello siempre que viene bien me gusta usar el cuento. Un cuento como decía Cortázar gana por K.O., por eso por esa proximidad viene bien para la pedagogía.

El pedagogo que les habla, más parao que el vestidor de la canina trata de enseñar y de explicar un suceso multicultural como la Semana Santa porque merece ser explicado. Y es multicultural no porque lo diga Pablo Iglesias, ya lo era antes de que él tuviese su coleta. Cuentos hay muchos pero para nuestra Semana Santa viene bien aquel que decía:

Llego Albert a territorios del reino de Sevilla un sábado previo al pregón, desde la ciudad del viento, Chicago, quería completar sus estudios de antropología y teología sobre manifestaciones religiosas. Ya se lo dijo su tío Ronald, q perteneciendo a los marines y estando destinado en Rota vino a abrir paso en una procesión. Era el año 1966 en la paz; su tío ya mayor le recordaba la impresión de esos doce músicos que tocaban con aires de Nueva Orleans cuando se cruzaron con personas vestidas a la usanza del KKK, aunque después les explicaron todo lo que les tenían que explicar y salieron delante de aquella cruz.

Llegó porque su tío se lo había dejado muy claro, no te digo que no veas los chamanes peyoteros y a los bramas hindúes, pero tienes que ir a Sevilla en Semana Santa.

Y allí me llegó en el AVE, el día de las asociaciones cofrades, sábado previo al pregón para los no iniciados, esas asociaciones que a mí me gusta llamar las alégales, porque nadie en el terreno de la devoción debe de ser ilegal. Vimos salir desde una carpa un paso en Sevilla Este, un Cristo y su olivo.

-¿No hay cura?, me preguntó con un castellano que me sorprendió gratamente. No así la pregunta. Como le explico yo al colega que esto desde el arzobispado, como que no...

- Veras es un poco largo de contar, esto aun no ha sido aprobado.

No le sorprendió que saliera de una carpa, - Es normal, si de la pequeña iglesia no cabe. Iba a decirle que no era una iglesia, que era un local comercial, pero me contuve, como iba a explicarle aquel fenómeno que pulula entre la devoción y el deporte sacro.

Cruzamos Sevilla viendo pasos, algunos de dudoso gusto pero todos tratando de dar la dignidad a sus imágenes, hasta que desembocamos en un bar, aquello de las tapas me costó tanto o más que explicar que lo de las asociaciones cofrades.

-Hoy Albert es el pregón, es como un anuncio de lo que está por llegar.

- Bien iremos ¿no?.

- Pues no. Nosotros por la radio y a ver besamanos.

- No entiendo deberíamos de ir para entender lo que va a ser la Semana Santa no?

- Albert en Sevilla no todo es como debería de ser, rara vez consigues una entrada pal pregón, además no se necesita oír el pregón para saber cómo será la semana santa.

- No entiendo, ¿quiénes van entonces?.

- No todo el mundo es igual, hay quien parece que va por que se note que está y hay quien va porque de verdad le gusta. ( y hay quien no va y aparenta que ha ido dándose una vuelta por los alrededores con las revistas que dan fuera), esto último lo pensé pero no lo verbalice, tampoco era necesario.

Albert fue tomando nota de todo aquello como si no hubiera un mañana, como vestían las Vírgenes, los Cristos, flores sus tipos, cera, iluminación.

Pasamos el domingo de besamanos en besamanos, y cuando me despedí de él lo hice hasta el viernes de dolores por la mañana, quería visitar Cádiz y Málaga, con lo que esa semana no tendría responder a más preguntas incómodas.

Se perdió algún que otro retranqueo, fotografías de la ebullición de la fiesta esa semana y regresó el viernes de dolores, justo para ver los palcos y asaltarme a preguntas.

-¿Quienes se sientan aquí?. le iba a contestar que hombre sentarse sentarse...,pocos y poco rato, pero como no lo iba a entender no quise liarlo más.

- Las fuerzas vivas de la ciudad, personas que antiguamente pertenecieron al Consejo, al ayuntamiento... Me miró como si no hubiera entendido nada pero afortunadamente no preguntó.

Vimos algunas hermandades de vísperas, le costó entender lo de los crucificados en viernes de dolores, pero zanjé ese tema de entrada porque sabía que lo iba a preguntar.

-Vamos a ver Albert aquí no hay un orden cronológico, las hermandades y cofradías procesionan en determinados días por motivos históricos o de reglas.

Puso cara de no haberse enterado, la verdad es que yo tampoco sabía como explicárselo todo.

El domingo de ramos lo llevé a la Campana, Albert se plantó en medio del pasillo mirando con el tele objetivo de su cámara hacia todas direcciones, tras más de un cuarto de hora en esa actitud me tenía desconcertado.

- Pronto pasará la primera, la Borriquita.- Albert seguía mirando como poseso por su cámara- ¿que buscas por Dios?

- La Campana.

- La hubo pero ya no la hay.

- ¿Y le dejáis puesto el nombre por una campana a una plaza principal de Sevilla?.

- Tu eres consciente de que Chicago en chiricagua significa ajo silvestre ¿no?,..., se cortó el silencio entre nosotros, hasta Albert entendió que hasta ahí había llegado la historia.

De repente la corneteria y el tambor inundaron la Campana, Albert miraba hacia el palquillo y me pareció el momento de firmar la paz.

- Te estarás preguntando quien son aquellas personas no?

- Pues si la verdad.

- Pues mira son el Consejo de Cofradías, un grupo..

- ...dejame, me interrumpio Albert, voy a intentarlo yo, un grupo de personas que dirigen y coordinan el mundo cofrade, que intentan solucionar los problemas entre ellos y que siempre imponen unas reglas para que nadie sea más importante que otra, o algo asi ¿no?

- Pleno albert, pleno. -Tampoco el güiri tenía porque saber toda la verdad.

Dudas sobre todo por la música, se quedó maravillado con Margot, ¿notas la tristeza y la melancolía de esas notas?, empezaba a hablar como si se hubiera criado en la Encarnación.

Se iba adaptando cada vez más a las tapas,

- Menudo quiero menudo.

- Hoy jueves santo es vigilia no se debe de comer carne.

- ¿Eso es porque es jueves santo?.

- Hombre por aquello de la abstinencia y un poco de penitencia al cuerpo, se intenta no comer carne.

- Osea que si me gastó 100 euros en una mariscada eso si no?

Miré al camarero y lo llamé.

- Yo quiero un pavia y a este le pones menudo y en vez de picos pa empujar le pones chicharrones, que vaya al infierno pero a la zona VIP.

- ¿Por qué un paso con un esqueleto? esta cofradía es mexicana.

- No es un esqueleto, es la muerte, representa el triunfo de Cristo sobre la muerte.

Aceptó de buen grado mi respuesta, aunque en mi afán porque el güiri no tuviera descanso en sus entendederas le recité.

Cerquita de San Gregorio
la tarde ya se me escapa
Cuando pasa la canina
Tan abstraída y callada
Que no le tiremos flores
Ni le hagamos petaladas
Q las cuencas se le llenan
De las flores deshojadas
Que la zambrana retumbe
Y volvamos las miradas
Para ver como levantan
Tu paso canina, guapa
Pasa ya canina mía
Q llevare en mi solapa
Un clavel para tus huesos
Pa tu sonrisa forzada
Q aunque no te suene música
Ni canina coronada
Tu osteoporosis es mi pena
Silbaremos a tu entrada
Que ya pasa la canina
Con su figura desnuda
Y yo me digo y repito
Pero como tu ninguna.

Albert se me quedó mirando, mitad extasiado, mitad irritado.

- Y te has quedao tan tranquilo. He visto contigo la Macarena y la Macarena de Triana, y el gran poder, y tu Baratillo y yo que se cuantas cosas más y le escribes a un esqueleto.

- Es que la canina es mu grande.

Me miró y me remiró y ya no volvió a preguntar nada. Quise que el domingo de resurrección viera la hermandad del resucitado como se merece, amaneciendo. Muy cansado pero con ánimo estuvo pendiente de todos los detalles.

-Albert observa los azules que sobre Cristo hay en el cielo, duran poco, para la Virgen ya habrá amanecido.

Ya de mediodía avanzado lo llevé a la estación de tren.

-Gracias por todo, hoy he entendido eso de la pena que no me cuadraba, cuando Cristo a resucitado, pero después de toda esta semana está más que justificada. Creo que vuestra fiesta hay que haber nacido aquí, para entenderla en su totalidad.

Prometió enviarme un libro ya acabado y yo esperé que se metiera en el AVE, para decir en voz alta.

- A veces es naciendo aquí y tampoco entiendes según qué cosas.

Fragmento del Pregón de Antonio Sánchez Carrasco en la AA. VV. "Puerta Carmona"










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