Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • lunes, 6 de mayo de 2024
  • faltan 342 días para el Domingo de Ramos

Ya ni Judas. José Aguilar. Diario de Sevilla.


AL paso que van acaban con la religión los llamados a defenderla, quienes han hecho de ella la razón de sus vidas, los más interesados en que perdure por los siglos de los siglos. Con tanto revisionismo de la historia, que ríase usted de los libros de Pio Moa y César Vidal, la Iglesia Católica va a aburrir a la poca afición que le queda. No es ya que le pida perdón a Galileo –unos cuantos siglos después– porque no se quiso retractar de su teoría subversiva de que es la tierra la que gira alrededor del sol, y no al revés. Es peor. Hace meses se cargaron el limbo, así, por las buenas, como el que no quiere la cosa, dejando a los pobres niños que mueren en la dulce inocencia sin el consuelo de un sitio espiritual en el que instalarse, las criaturitas. El infierno tampoco crean que va a tener mucho recorrido. Ya se empieza a debatir la posibilidad de redefinir el Averno. No sé a dónde vamor a ir a parar.

Ahora viene lo de Judas. No Tadeo, que era bueno y no hizo daño a nadie, sino el mismísimo Iscariote, el malo malísimo, el que vendió por treinta monedas de oro a Jesucristo, le dio el beso de la muerte y lo delató ante los soldados romanos en el huerto de Getsemaní. Eso creíamos a pies juntillas. Pues no. Un religioso cualificado, Walter Brandmuller, director del Comité Pontifical de Ciencia Histórica, ha instado a sus colegas del Vaticano a "releer" la historia de Judas que hemos aprendido desde que íbamos con pantalones cortos (y cuenta con el respaldo de un escritor especializado en temas católicos y cercano al Papa anterior y al actual). Lo que San Lucas consideró –y se llevan siglos creyendo– una traición miserable originada en una posesión satánica, fue para Brandmuller el estricto cumplimiento por Judas de su papel en el plan que Dios tenía: el sufrimiento y la crucifixión de su propio hijo en aras de la salvación de los hombres. Esta nueva visión tiene, ciertamente, la virtud de liquidar la fuente básica del antisemitismo; a saber: la maldición que pesa sobre los judíos por haber matado a Cristo –Pilatos se lavó las manos, si algún otro teólogo no revisa también esta historia– gracias al chivato Judas Iscariote, que lo hizo, además, por dinero.

Afortunadamente para los creyentes, la religión es mucho más fuerte que sus sacerdotes. Si no, sería para temer por los efectos devastadores de estas teorías revisionistas que no respetan nada. Hay que tener en cuenta que Judas no es sólo una figura, o contrafigura, evangélica. Forma parte de la cultura occidental como el perfecto icono de la maldad sin mezcla de bien alguno. Ya no podremos decir de nadie que es más falso que Judas ni llamar Judas a los que nos traicionan ni quemar en la plaza pública a los judas. ¿Quién es capaz de meterle fuego por diversión a la efigie de un apóstol que lo único que hizo fue actuar según los designios de Dios? Sería un pecado mortal de los más gordos... Bueno, tampoco exageremos. Lo mismo antes de que Brandmuller se salga con la suya, van y eliminan también los pecados mortales.

www.diariodesevilla.com










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.