Provincia. La Hermandad de la Vera Cruz de Los Palacios y Villafranca conmemoró el 450 Aniversario Fundacional con la Procesión Extraordinaria de María Santísima de los Remedios

Manuel Pinto Montero. El popular barrio palaciego del Furraque se vistió de gala el pasado sábado 17 de septiembre con motivo de la celebración del 450 Aniversario Fundacional de la Hermandad de la Vera Cruz. La calle San Sebastián se convirtió en un lugar de peregrinación y encuentro a las puertas de la Capilla de la Hermandad donde tuvo lugar la Solemne Eucaristía Conmemorativa. En un altar efímero levantado en el centro de la calle con distintos elementos como las bambalinas de la Hermandad Servita o los antiguos respiraderos del paso de palio quedó entronizada María Santísima de los Remedios, obra anónima de finales del siglo XVI o principios del XVII, para presidir la Eucaristía oficiada por el Cardenal Emérito de Sevilla, D. Carlos Amigo Vallejo. En un principio estaba prevista que la oficiara el Arzobispo de Sevilla.

Una vez finalizada la ceremonia se inició la gloriosa procesión por las calles de Los Palacios y Villafranca cuando aún el sol bañaba la espadaña de su Capilla. Largo Cortejo el que acompañó a la Virgen de los Remedios compuesto tanto por las Hermandades locales como por otras Hermandades Cruceras. Sobre las ocho y cuarto de la tarde el paso de palio de María Santísima de los Remedios comenzó a descender del altar a los sones de su Himno que cantaba la Escolanía de los Palacios, que también acompañó la ceremonia religiosa.

La calle San Sebastián esperaba impaciente el transitar de la Virgen de los Remedios en una tarde con aromas de Jueves Santo. Una bella alfombra de sales de colores aguardaba el paso de la Señora por este punto del Furraque, sólo los pies de sus costaleros pisaron esa alfombra entre el clamor de sus vecinos.

A los sones de la Banda de las Nieves de Olivares se mecían las verdes bambalinas, bordadas en los talleres de Esperanza Elena Caro, que cobijaban a la Santísima Virgen de los Remedios que para tan magna ocasión lucía saya bordada y manto verde bordado en el Taller de bordados de la Hermandad de la Vera Cruz de Salteras. Sobre sus hombros lucía toca cedida por la Hermandad sevillana de La Macarena. Sobre sus sienes portaba corona de plata sobredorada y en su pecho la Medalla del V Centenario de la fundación de Villafranca. En su mano derecha sostenía una flor de plata mientras que en la izquierda portaba un rosario de oro.

Durante su procesión la Virgen de los Remedios visitó a las distintas Hermandades de la localidad. Tras recorrer la calle San Sebastián, así como Real de Villafranca la Hermandad llegaba a la Capilla de la Aurora, sede de la Hermandad del Gran Poder. La Santísima Virgen de los Remedios quedó frente a la Virgen de la Soledad que la esperaba en el presbiterio. Entre vivas y salves se despidieron ambas Hermandades para continuar el largo paseo buscando la calle Abajo para visitar a la Hermandad Servita. Pero antes cuando aún se encontraba en la Plaza de la Capilla de la Aurora se rezó por sevillanas. Momento emotivo y lleno de belleza que llegó al corazón del inmenso gentío que arropaba a la Virgen de los Remedios.

A su entrada en la calle Abajo la esperaba un arco levantado en su honor al que llegó entre un castillo de fuegos artificiales y el rezó de la salve. Ya con la luna por testigo la Santísima Virgen de los Remedios visitó el Templo Parroquial de Santa María la Blanca y la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, así como la Capilla de los Ángeles, cuya titular mariana esperaba en el presbiterio la llegada de la Virgen de los Remedios. Ya de madrugada volvía de nuevo a su Barrio del Furraque donde sus vecinos la miman y quieren.

A las seis de la mañana, tras diez horas de procesión regresaba a su Capilla para quedar de nuevo a los pies del Cristo de la Vera Cruz y el Señor Cautivo cerrando uno de los actos más esperados por todo el Pueblo de Los Palacios y Villafranca que arropó a su Virgen de los Remedios en una jornada que quedará para los anales de la Hermandad.

Fotos: Manuel Pinto Montero.