La formación en las hermandades. Javier Ramos Sáez

Es un camino aún por empezar el de la formación cristiana. Los católicos somos pocos ortodoxos en general por eso hay una falta tremenda de cultura litúrgica. La mayoría nunca ha leído la Biblia, ¡y qué decir de la filosofía cristiana!; esto es la base del apostolado moderno y sustento del dogma de nuestra fe. ¿Quién ha leído la Summa Theologicae de Santo Tomás de Aquino, a San Agustín y sus Confesiones o a Guillermo de Ockham, Tertuliano, San Basilio y San Isidoro entre otros?

Como todo en la vida es un reflejo de otra cosa para poder aprenderla, los que vivimos en las hermandades y nos reflejamos en las personas que componen la Junta de Gobierno, nos damos cuenta de la falta de cultura y de formación básica que carecen dichos hombres, con un desconocimiento de la verdadera palabra que sólo de consigue descifrar leyendo las sagradas  escrituras. Siempre hay que buscar la fuente de todo y esa fuente es la Biblia.

Es misión indiscutible de la Junta ser consecuente con lo que se hace. No están dirigiendo cualquier empresa de carácter profano sino que dirigen asociaciones religiosas con un marcado afán evangelizador y su requisito indispensable debería ser la formación ecuménica de los componentes.

Para poder enseñar la Palabra de Dios como praxis primero habrá de ser enseñado por un clérigo de la iglesia u otra persona especializada en formación cristiana general. Esta es la gran falla que existe hoy en día en las hermandades de Sevilla generalizando a grandes rasgos.

Las hermandades no son sólo un bonito escaparate social con reminiscencias aristocráticas sino que son unos puestos de responsabilidad que se ejerce con toda la humildad posible y que su trabajo engloba a toda la nómina de hermanos que integran dicha corporación y en las cuales habría que enseñar qué es y qué significa esta religión para así no ser personas que estén restringidas en un apartado tan corto como es el de los pasos porque la religión católica en Sevilla es mucho más que eso y todos faltamos a ello.

El pregonero Jiménez Sánchez-Dalp ya habló en su pregón sobre el contenido dogmático y sobre la formación que a todos nos hace falta. No tendríamos que llegar a este punto y ya tendríamos que haber profundizado más en la cuestión de ¿por qué somos cristianos? y qué significa ese amor que sentimos a Nuestros Titulares. Estamos en una ‘religión de vagos’ en la que nuestras metas en la vida son egoístas y no trascendentales.

Javier Ramos Sáez.