Don Alberto: bodas de oro sacerdotales y una vida en El Cerro

Juan Manuel Bermúdez Requena. Nacido circunstancialmente en Valencia del Ventoso en enero de 1944, donde estaba destinado su padre, aunque criado en Écija, el caso del presbítero Alberto Tena López es algo singular en la archidiócesis; afortunadamente singular, que decimos los del Cerro: en 1970 lo ordenan diácono y ejerce como tal en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, donde el cardenal Bueno Monreal lo ordena sacerdote en junio del año siguiente, siendo su primer nombramiento el de coadjutor de la parroquia del Cerro, de la que sería nombrado párroco en 1979. Y decíamos que es un caso singular porque desde aquel lejano 1970 y hasta la fecha, -dejando a salvo el bienio del servicio militar obligatorio-, don Alberto no ha conocido un destino pastoral distinto que su barrio del Cerro del Águila, a cuya feligresía él define como su familia eclesial, y a la que ha dedicado toda su vida, bajo la guía y protección de su gran devoción a la Virgen de los Dolores, como reconoce en cuanto tiene oportunidad.

Por motivo de la pandemia, no pudo celebrarse la ceremonia el año pasado, coincidiendo con el aniversario de sus bodas de oro sacerdotales, teniendo lugar la misa de acción de gracias en la fiesta litúrgica de la Sagrada Familia de 2022. Con el templo lleno de fieles, don Alberto ha recibido el cariño de sus feligreses, en una ceremonia sencilla, y la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores le ha nombrado con tal motivo Hermano Honorario, entregándole el artístico pergamino al final de la santa misa; la comunidad parroquial ha costeado una placa marmórea conmemorativa de la efemérides, que será colocada en unos días en el templo para perpetua y agradecida memoria.

Cincuenta y un años ya de sacerdocio. Sus feligreses y amigos rezamos para que el Señor le dé salud para seguir ejerciendo su ministerio sacerdotal muchos años, en su comunidad parroquial: El Cerro del Águila.