Provincia. Aznalcázar arropa a Nuestra Señora de la Encarnación en su gloriosa procesión

Manuel Pinto Montero. El último domingo de septiembre el pueblo de Aznalcázar fija su mirada en la Capilla que cobija a la Santísima Virgen de la Encarnación esperando la salida triunfal en uno de los días grandes de esta localidad aljarafeña. Numerosos son los devotos que la arropan en su paseo por las calles de Aznalcázar sin dejar de mirar el bello semblante de la Santísima Virgen.

Nuestra Señora de la Encarnación es una imagen anónima del siglo XVIII que fue ocultada durante IIª República para salvarla de cualquier atentado, regresando triunfalmente desde Castilleja de Talhara a pocos kilómetros de la localidad. Desde esta fecha la Virgen de la Encarnación procesiona en septiembre, ya que con anterioridad lo hacía en Semana Santa junto al Cristo de la Vera Cruz.

La Santísima Virgen de la Encarnación es portada sobre paso de madera tallada y dorada cuya canastilla perteneció a la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo de Sevilla. Los respiraderos son de 1972. Alumbran a la imagen cuatro candelabros de guardabrisas de plata en las esquinas, mientras que en la delantera porta dos grandes querubines con emblemas marianos y un ángel de plata con azucenas. Destaca el hermoso exorno floral de nardos y gladiolos en las esquinas, así como las rosas, todo en tonos blancos.

Para esta ocasión luce la Virgen de la Encarnación saya blanca bordada y manto granate bordado por el taller de Esperanza Elena Caro en 1972. Sobre sus sienes porta corona de plata sobredorada de Marmolejo, mientras que en mano derecha sostiene cetro dorado y en su mano izquierda un rosario. Todo el conjunto queda enmarcado con ráfaga de plata del siglo XIX.

Los sones de la Banda de las Nieves de Olivares acompañaron la gloriosa procesión de una de las grandes devociones del pueblo de Aznalcázar que sigue viva después de cuatrocientos ochenta y cuatro años de que naciera en este bello rincón del aljarafe.

Fotos: Manuel Pinto Montero.