El Archivo de Protocolos Notariales de la Calle Feria acogió un concierto de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla

Arte Sacro. El Archivo de Protocolos Notariales del Colegio Notarial de Andalucía acogió ‘Música y Letras de la Semana Santa’, un singular evento al que asistieron más de 200 personas y en el que se combinaron interpretaciones de marchas clásicas de Semana Santa a cargo de la Banda Sinfónica de Sevilla con la recitación de algunos pasajes literarios relacionados a cargo de los notarios Manuel Antonio Seda Hermosín, vicedecano del Colegio Notarial de Andalucía; Amalia Cardenete Flores; y Carlos María García Campuzano.

La Banda Sinfónica Municipal, la formación civil no militar más antigua del mundo, dirigida por Francisco Javier Gutiérrez Juan, interpretaron ‘La Estrella Sublime’ (Manuel López Farfán), ‘Esperanza de Vida’ (Manuel Marvizón), ‘Virgen del Valle’ (Vicente Gómez Zarzuela), ‘Soleá dame la mano’ (Manuel Font de Anta), ‘Esperanza Macarena’ (Pedro Morales), ‘Amarguras’ (Manuel Font de Anta) y ‘Coronación de la Macarena’ (Pedro Braña). Entre estas interpretaciones musicales se intercalaron las intervenciones de los tres notarios, basadas en emotivos textos cofrades.

Presentado por el periodista Emilio Trigo, el acto fue el segundo del año de espíritu cultural celebrado en el Archivo Histórico de Protocolos Notariales como nuevo espacio expositivo y cultural de la ciudad, después de la Exposición Fotográfica Aurigas, del notario Ramón Corrales, que estuvo en el Archivo de Protocolos entre el 30 de noviembre y el 3 de febrero. Situado en la Calle Feria, 25, el Archivo de Protocolos Notariales estaba hasta ahora reservado a personal del colegio e investigadores puntuales y podrá ser disfrutado por el público sevillano en diferentes acciones e iniciativas socioculturales benéficas.

Hasta hace unos meses, el Archivo de Protocolos estaba destinado a acoger las escrituras y documentos notariales con más de 25 años y menos de 100 años. Para la actual Junta Directiva del CNA, el dar público conocimiento de los intangibles del Colegio en sus sedes de Sevilla y Granada es uno de sus objetivos, y por ello se explica esta apertura del Archivo para diferentes acciones, siempre que tengan un espíritu benéfico y no pongan el riesgo la seguridad del edificio y lo que contiene.

El Archivo Histórico de Protocolos, declarado Conjunto Histórico de Sevilla en 1964, es el antiguo convento de Santa María de Monte-Sion, una iglesia desacralizada que acoge la sede del Archivo Histórico del Colegio Notarios desde 1927. La Iglesia pertenecía a la Orden de predicadores de Santo Domingo desde 1559, cuando Doña Mencía Manuel de Guzmán, ante el notario Mateo de Almonacid, dona sus bienes, entre ellos la Iglesia de Montesión, a favor de Fray Martín de Mendoza, Prior provincial de la Orden de predicadores de Santo Domingo. Usada por las tropas francesas durante la invasión de la ciudad en 1810 y víctima de una de las tres desamortizaciones del Siglo XIX y del abandono y del abandono, es adquirida por el Colegio Notarial de Andalucía hace casi un siglo, en 1927.

Previamente, los notarios sevillanos habían realizado un esfuerzo de tiempo y económico ímprobo por conservar la rica documentación que acumulaban en diferentes sedes, encontrando al fin en la Calle Feria un lugar fijo después de estar en otros puntos como la Iglesia de San José de Santa María la Blanca o San Laureano. Afortunadamente, los representantes del Colegio Notarial adquirieron meses más tarde el edificio colindante para darle una entrada digna al Archivo, y eso fue lo que le salvó de que el grave incendio que destrozó la manzana en octubre de 1928 quemara toda la documentación.

En caso contrario, se hubieran perdido documentos de valor incalculable, como la autoría del Gran Poder, del Cristo del Amor, los testamentos de Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz o el acta de entrega de los huesos de Cristóbal Colón al Monasterio de Santa María de las Cuevas, todos ellos descubiertos en el Archivo por investigadores en este último siglo. Otra muestra más de la inquietud y obstinación de los notarios en conservar en condiciones este legado por su importancia histórica.