Y llegó a su fin la Velá de Santiago y Santa Ana

Francisco Santiago. Si Triana por sí misma, es la zona de Sevilla más reconocida a escala internacional, cuando llegan los días previos a la festividad de Santa Ana, la Velá pone el galardón a la tan reconocida actividad lúdica sevillana, con ese aspecto (sobre todo nocturno y a pesar de los republicanos) de "noche viva" con la iluminación, los conciertos y las casetas.

Este año 2007, además de la decoración e iluminación tradicional del Puente de Triana, también cuenta con el aliciente de la recién inaugurada iluminación del puente de San Telmo, dando al Guadalquivir y a Sevilla aun más poderío.

El Pregón, los cacharritos, la cucaña, la pesca, el cine, el olor a sardinas, las avellanas verdes, los pinchitos, la cerveza, el tinto de verano y el buen ambiente de las casetas, se reúnen desde el Altozano hasta la Plaza de Cuba, con la intención de ampliarla posiblemente para el año que viene, también al paseo de La O.

Pero otro de los grandes alicientes de la Velá, son los actos y cultos en honor a la patrona del barrio, que da nombre a su parroquia, Catedral trianera, como es Santa Ana.

La novena en su honor pone el punto álgido de los cultos junto al besamanos y la función en el día de su onomástica pero, además, conferencias, visitas a las cubiertas y a la cripta convertida en museo, convierten la Velá en punto y aparte.

Tampoco podemos olvidar las colgaduras, los fuegos de artificio, los Gozos con sones de clarines y la medianoche en la que toda Triana y por supuesto Sevilla, felicita por su santo a la Madre de todas las Madres.

El Guadalquivir quiere ver el ambiente, parece asomarse timidamente entre los pocos espacios libres, como cansado de ver las casetas que le dan la espalda y donde las instituciones, las hermandades y la política, se dan cita anualmente. 

Y otro año más, con el castillo de fuegos artificiales, concluye la Vela de Triana dedicada a Santiago y Santa Ana, versión actual de aquella romería en honor a la Madre de la Virgen que se venía celebrando en el entorno de la parroquia desde el siglo XVII y que da al verano sevillano, ese otro tono festivo más típico de la provincia y zonas costeras en estos tiempos, refrescando las calurosas noches con la intensidad esperada y revitalizando el día con el colorido y ambiente festivo.

El 27 de julio, se retomará el tráfico rodado en las calles aledañas, se retirarán los farolillos, luces, la portada, el escenario del Altozano, las casetas y atracciones de la calle Betis, a la espera de volver de nuevo a celebrar en el 2008, la que puede ser la más amplia Velá de las conocidas hasta ahora.

Fotos: Francisco Santiago