Provincia. El silencio y el recogimiento presidieron la Estación de Penitencia de la Hermandad Sacramental de Gines

Arte Sacro. Unos 350 nazarenos acompañaron a las imágenes titulares, el Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Nuestra Señora de los Dolores.

La Hermandad Sacramental de Gines realizó este Viernes Santo su tradicional estación de penitencia, que un año más volvió a estar presidida por el silencio y el recogimiento con los que la cofradía recorre siempre las calles de la localidad.

A las ocho de la tarde, la Cruz de Guía cruzaba las puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén. Arrancaba así una comitiva formada por unos 350 nazarenos ataviados con túnicas de riguroso color negro y cinturón de esparto en señal de luto por la muerte de Cristo.

Sólo unos minutos después salía a la calle el paso del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, una talla de autor desconocido del siglo XIV y que hizo su recorrido totalmente en silencio.

Los nazarenos seguían llenando la Plaza de España cuando apareció por la puerta de la Parroquia la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, obra de Juan de Astorga de 1816, que al son de la Banda Municipal de Villalba del Alcor comenzaba su última salida procesional antes de su Coronación Canónica, que tendrá lugar el próximo 6 de septiembre.

Tras la salida de la Parroquia, y en medio de un ambiente de gran respeto, la cofradía discurrió por las calles Fray Ramón de Gines, Amigos de Gines y José Luis Caro, para volver después a la Plaza de España y enfilar la calle Conde de Ofalia.

El cortejo continuó después por Alcalde José Antonio Cabrera, Blas Infante y la Plaza de Santa Rosalía, siempre con la Banda de Villalba del Alcor como acompañamiento de la Virgen.

Ya en el tramo final, la cofradía recorrió el Paseo Juan de Dios Soto y la calle Marqués de Torrenueva hasta la Plaza de España, donde las saetas volvieron a sonar ante la gran cantidad de público asistente.

Al filo de las doce de la noche, la comitiva ponía punto y final a su estación de penitencia con su entrada en el templo parroquial.

Foto: José Rodríguez Polvillo.