Provincia. La Hermandad Sacramental de Gines realizó su primera salida procesional tras la Coronación Canónica de la Virgen de los Dolores

José Rodríguez Polvillo. La Hermandad Sacramental de Gines realizó este Viernes Santo su tradicional Estación de Penitencia, en la que fue su primera salida procesional tras la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores, que tuvo lugar el pasado 6 de septiembre. 

A las ocho de la tarde, la Cruz de Guía cruzaba las puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén. Arrancaba así una comitiva formada por unos 350 nazarenos ataviados con túnicas de riguroso color negro y cinturón de esparto en señal de luto por la muerte de Cristo.

Sólo unos minutos después salía a la calle el paso del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, una talla de autor desconocido del siglo XVI y que, como es tradición, hizo su recorrido totalmente en silencio.

Los nazarenos seguían llenando la Plaza de España cuando apareció por la puerta de la Parroquia la imagen de Nuestra Señora de los Dolores Coronada, obra de Juan de Astorga de 1816, y que estuvo acompañada durante todo el recorrido por los sones de la Banda Municipal de Villalba del Alcor.

El paso de palio estrenaba en esta ocasión un precioso llamador de plata obsequio de la Hermandad del Rocío. Además, se estrenó la saya y un puñal de la Virgen, así como el banderín de la Coronación. Del mismo modo, por primera vez pudieron verse en Semana Santa estrenos realizados con motivo de la reciente Coronación, como la propia corona, el palio, o el manto.

Tras la salida de la Parroquia, y en medio de un ambiente de gran respeto y recogimiento, la cofradía discurrió por las calles Fray Ramón de Gines, Amigos de Gines y José Luis Caro, para volver después a la Plaza de España y enfilar la calle Conde de Ofalia.

El cortejo continuó después por las calles Alcalde José Antonio Cabrera, Blas Infante y la Plaza de Santa Rosalía. Ya en el tramo final, la cofradía recorrió el Paseo Juan de Dios Soto y la calle Marqués de Torrenueva hasta la Plaza de España, donde las saetas volvieron a sonar ante una gran cantidad de público asistente. Al filo de las doce de la noche, la comitiva ponía punto y final a su Estación de Penitencia con su entrada en el templo parroquial. 

Foto: José Rodríguez Polvillo