Proceso de restauración integral de la Capilla de la Hermandad del Cristo de Burgos

Arte Sacro. El equipo de restauración formado por los Licenciados en Bellas Artes, y especialistas en Conservación del Patrimonio artístico por la Universidad de Sevilla, Antonio Gamero Osuna, Agustín Martín de Soto y Ángel González Er-rahmani ha llevado a cabo los trabajos de restauración integral de la capilla de la Hermandad del Stmo. Cristo de Burgos y Madre de Dios de la Palma para la conservación, salvaguarda y puesta en valor del patrimonio de la hermandad afincada en la céntrica Parroquia de San Pedro.

La capilla, se encuentra anexa a la nave del evangelio, siendo la segunda partiendo desde el altar mayor. El espacio es rectangular, cubierto con una cúpula ovalada sobre pechinas decoradas con el tetramorfo. Dicha cúpula posee un tambor que se encuentra ornamentado. A los lados podemos encontrar arcos de medio punto ciegos, sobre los cuales se representan pictóricamente escenas de la pasión de Cristo (a la izquierda; Camino hacia el calvario. A la derecha; una Piedad).

En el intradós de los arcos encontramos de igual manera una decoración. Los paramentos verticales se encuentran cubiertos por textiles. Y como parte principal destacamos el retablo de mediados de siglo, que se compone por una hornacina central cruciforme para el Santísimo Cristo, y dos hornacinas laterales una para la Virgen María y otra para el San Juan.

En primer lugar se hizo un estudio profundo de las patologías que alteraban el Bien, llevando a cabo una diagnosis o análisis organoléptico que detectaban problemas de diferente índole. Se va a explicar a continuación de manera somera, las principales causas de deterioro y cual ha sido su tratamiento, para paliar dicho daño.

Como principal agente de degradación y de primer impacto visual, resalta la acumulación de polvo, hollín y de depósitos orgánicos de manera abundante por toda la capilla, causada por la total falta de ventilación y acrecentada por el intenso tráfico rodado que circula junto a la entrada principal del templo.

Se puede destacar de igual manera el mal estado de las pinturas murales, acusados por el motivo anteriormente citado, incrementado por un problema de humedades en la parte superior izquierda (pechina e intradós del arco). En la superficie se denotaban problemas de florecimiento de sales solubles que han provocado levantamiento y graves desprendimientos de la capa pictórica. En el resto de las pinturas aparecen de forma puntual algunas lagunas, siendo la más problemática la decoración del tambor de la cúpula.

Los textiles que se encontraban recubriendo las paredes laterales, se encontraban con desgarros, desgastes, grandes depósitos de polvo y deyecciones de insectos de diferente origen. Asimismo mostraban una imagen generalizada de la estancia que no ayudan a la correcta comprensión estética de la capilla. Además de todo esto, no permitían la visualización del estado tan nefasto en el que se encontraban los muros, mostrándose éstos con grandes humedades, lo que provocaba el estado pulverulento de gran parte de la superficie de los paramentos.

El retablo que cobija a las imágenes titulares de esta Hdad. se nos presentaba con grandes acumulaciones de polvo, falta de cohesión entre los diferentes estratos, mutilaciones de diversas piezas así como inestabilidad estructural en diversas zonas del mismo. Causados por un agente de deterioro inusual, como es la colocación de bombillas incandescentes en contacto con material comburente, nos encontramos quemaduras, ampollas y tiznados puntuales, alrededor de todo el camarín del Cristo. En relación a las patologías antes descritas, se observaba un tono apagado del oro en toda la extensión. Los diversos tratamientos que se han aplicado son los siguientes:

Pinturas murales:

Eliminación de las excreciones salinas. Sellado de las grietas de los arcos y el tambor. Consolidación del muro a base de morteros de bajo peso específico. Fijación del estrato pictórico al muro. Limpieza de la superficie pictórica. Reintegración de la película cromática. Aplicación de una capa de protección.

Retablo:

Limpieza superficial del anverso y reverso. Reposición de los puntales infectados por distinto agentes biológicos. Fijación y consolidación del soporte lígneo. Reconstrucción de las piezas faltantes. Ampliación de las bases de las hornacinas laterales. Limpieza de toda la superficie. Reintegración de las pérdidas de preparación y dorado. Restauración integral de los ángeles lampararios.  Aplicación de una capa de protección final.

Sistema de sustentación, subida y bajada del Cristo:

Se ha llevado a cabo la realización de una estructura portante para el crucificado que permite la subida y bajada de su ubicación habitual, de una forma segura que garantiza la integridad y la correcta conservación de la obra. Este mecanismo ha sido diseñado por el equipo de restauradores antes mencionado, llevándose a cabo por los mecánicos industriales y de máquinas José Antonio Pérez Leo y Antonio José Rivas Sánchez.

Debido a esta actuación, se ha realizado una oquedad en la parte inferior del muro en el que se sustenta el retablo. También se ha colocado una guía en el centro del camarín del Cristo por la que se desplaza el mecanismo. Como operación más destacada debemos reseñar la separación de la mesa de altar para hacerla independiente del grueso del retablo.

Otras intervenciones:

Reparación de los paramentos, incluyendo la eliminación de los textiles y el conjunto de los bastidores portantes.  Realización de un sistema de ventilación para toda la estancia, permitiendo así la correcta circulación de aire. Resanado y aplicación de nueva pintura a la cúpula y linterna, así como su iluminación. Colocación de un nuevo tejido de damasco de color tinto como fondo del camarín del crucificado. La confección la ha llevado a cabo el bordador astigitano Jesús Carmona Rivera. Iluminación artística de todo el conjunto.

Todos estos tratamientos se han circunscrito a los parámetros de reversibilidad y respeto al original que marca cualquier intervención sobre el patrimonio histórico-artístico.

Fotos: Francisco Santiago