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Los quinientos años de la Universidad y sus gastos. El Diputado de Cruces.



Siguiendo las instrucciones, como debe ser, del diputado mayor de gobierno de esta página, que de forma suave, pero con gestos enérgicos, como también debe ser, nos recomienda difersificar temas, hoy no voy a hablar de hermandades y cofradías, sino de la Universidad de Sevilla, hasta hace poco reconocida como la mejor universidad de Sevilla, entre otras cosas porque sólo había una. Y lo voy a hacer con la información que me proporciona el que en mi tramo, el de la cruces, hacen su penitencia varios universitarios, principalmente profesores, que me cuentan, supongo que para desahogarse, sus cuitas y preocupaciones sobre la muy mala situación de dicha institución. Y como muestra, un botón.

 

Resulta que la Universidad Hispalense, como así se llama, autorizada por la Junta de Andalucía a aumentar su endeudamiento, lo está hasta las cejas. Parece, siempre según me dicen, que tiene o ha tenido hasta hace muy poco, enormes dificultades para pagar a sus proveedores, para abonar sus contratos y becas de investigación e, incluso, para poder realizar labores esenciales de mantenimiento. Una de las formas que se les ha ocurrido a sus dirigentes para ahorrar es la de no cubrir las bajas de su profesorado (enfermedad, ceses, jubilaciones,...), excepto la producidas por maternidad, obligatorias por ley, haciendo que el profesorado restante se encargue del exceso de docencia producido por la baja. Ello ha producido durante el curso pasado (y, se supone, seguirá produciendo en el vnidero) que, en caso de baja prolongada de algun profesor, haya sido necesario unir grupos, cambiar horarios de clase y tomar medidas similares que han perjudicado, claramente, la calidad de la docencia impartida.

Preguntado el Vicerrector correspondiente, las razones que ha aducido para tomar esta postura han sido la falta de presupuesto para contrataciones y que los profesores de la Hispalense no alcanzan el número máximo de horas semanales de clase que marca la legislación vigente, debido a que, al disminuir, por diferentes razones de tipo socio-económico, el número de alumnos matriculados, se ha reducido por parte de la Universidad, también, el número de grupos. Sin embargo, cuando los diferentes centros y departamentos han pedido el mantenimiento de dicho número de grupos, pues existe el profesorado necesario para impartirlos (y, ya se sabe, a más grupos, menos alumnos en cada uno de ellos y, por tanto, mayor calidad en el servicio), se les ha respondido negativamente. Es decir, así se consigue un retén para cubrir las bajas sin contratar a nadie. Aparte del ya citado deterioro en la calidad de la docencia, otra consecuencia de esta política es que resulta prácticamente imposible que ninguno de los alumnos brillantes que terminan sus estudios pueda iniciar una carrera profesional en la docencia universitaria en Sevilla, o sea, que no entra gente nueva, vamos y se están perdiendo auténticos talentos.

Pues resulta que esta Universidad, con estos acuciantes problemas económicos, ha organizado unos fastos impresionantes para celebrar su quinientos cumpleaños, como si de un club de fútbol se tratara. Y como culminación de estos actos, en una ciudad donde se está pidiendo a sus ciudadanos que tengan cuidado con el gasto de energía, para evitar apagones y problemas, un magno espectáculo multimedia. Eso sí, el Excelentísimo Señor Rector Magnífico, que éste es su título, de la Universidad de Sevilla, ha manifestado que todos los gastos del mismo lo ha cubierto el patrocinio de la entidad bancaria con la que la Universidad tiene convenio y a la que se le permite tener varias  oficinas dentro del recinto universitario. Mis compañeros de tramo se preguntan si no se podrían haber empleado menos kilowatios en el espectáculo y haber usado parte del dinero del patrocinio en contratos para cubrir bajas de profesores, por ejemplo.

De todas formas y, como me comentaba el pasado domingo, viendo a la Virgen del Carmen del Santo Ángel, uno de estos amigos profesores, si a los alumnos, que debieran formar el colectivo más inquieto, no les preocupan estos temas de la calidad de la docencia y permanencen absolutamente callados ante estas situaciones, es más, no están asistiendo a las reuniones de los órganos colegiados, en los que tienen el 30% de representación y donde se está decidiendo sobre los planes de la asignaturas para el próximo curso, porque ya están de vacaciones y, sin embargo, su Consejo de Alumnos (el famosos CADUS) salta rápidamente (interrumpiendo esas vacaciones) cuando se habla de suprimir la botellona en la calle, para expresar su rechazo a esta posible medida, es claro que la Univesidad de Sevilla, con sus quinientos años, tiene lo que se merece.

 

diputadocruces@yahoo.es

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