Crónicas desde la Campana. Miércoles Santo

Francisco Santiago. El Miércoles Santo se ha convertido en el eje de la Semana santa, un día de contrastes en todos los sentidos. Por un lado los grandes misterios, por otro la austeridad de los Crucificados muertos.

El Carmen se ha consolidado en el día, aunque aún se percata la vista del escaso cortejo de nazarenos, lo que no quita importancia o calidad al mismo, y donde podemos ver a las ordenes carmelitas representadas en los priores del Buen Suceso y Santo Ángel, representación del Ayuntamiento de San Fernando así como de la Marina.

El Señor de la Paz estrenaba las cartelas del misterio y en la Virgen, de nuevo como maniguetero el consejero de las Vísperas José Manuel Rodríguez y su familia.

La Sed es la primera en salir del día y ese esfuerzo se ve recompensado con una Campana con más público que en años anteriores, pues es la primera del día la que suele recibir el abandono de multitud de sillas.

El Cristo volvía a lucir corona de espinas y potencias mientras que la Dolorosa sufría la pérdida de una de sus velas rizadas, poco antes de entrar en Carrera Oficial.

Todos los miembros del Consejo que se encontraban en el palquilo besaron la relique de San Juan de Dios, mientras que la Hermandad de Nervión llevaba luto por uno de sus fundadores, el padre Javierre. 

Después llegó el éxodo, más de dos mil nazarenos venidos desde San Bernardo que, al igual que la Sed este año (último de la actual junta), no se han producido estrenos, exceptuando las composiciones musicales.

Carlos Villanueva dedicó la entrada del Cristo en campana a la Junta de Gobierno de la Hermandad de Santa Genoveva.

Hay que destacar el paso del Cortejo, antes de llegar a la Carrera, por Santa María la Blanca, donde la Virgen de la Candelaria, en su paso procesional, esperada a su Hijo de la Salud casi frente a la puerta de salida.

El Buen Fin comprimió los nazarenos de tal forma, que el palio del Refugio y el Cristo que da nombre a la Corporación casi estuvieron en paralelo en la Plaza del Duque.

Este año no acudió Fray Carlos Amigo, aunque una llamada al hermano mayor mitigó y excusó la ausencia.

La Dolorosa de la Palma entró bajo la única lluvia del día, la gran petalada que recibe cuando deja la calle Alfonso XII y se interna en La Campana. El capataz del palio dedicó la levantá a los niños del Centro de estimulacion Precoz.

Tras la Corporación Franciscana, la Lanzada hace acto de presencia en el año del Bicentenario de su Titular Dolorosa, también con advocación del Buen Fin. Siempre impresionante el paso de misterio, uno de los barcos que este día recorre Sevilla llevando al Hijo de Dios, con ausencia de agrupaciones musicales.

Pudimos ver la restauración de la saya de la Virgen del Buen Fin por Sucesores de Elena Caro, la nueva parihuela para el palio por los Hermanos Caballero. Y los faldones realizados por un grupo de hermanas.

La Cruz de Guía del Baratillo espera el paso de la Hermandad de San Martín, donde una de sus bocinas, llevada por el maestro de la priostía Javier Traverso, nos presenta el pasado, presente y futuro de la Hermandad, pues va acompañado de sus nietos.

La Hermandad nos presentó sus recientemente restauradas insignias del Senatus y del Simpecado, por el incombustible Francisco Carrera Iglesias.

Rafael Díaz Talaverón se estreno como capataz del palio, magna sucesión de su padre tras la retirada del martillo. También esta hermandad tuvo a dos consejeros de nazarenos que, a su vez, fueron hermanos mayores.

La austeridad y elegancia del Cristo de Burgos se hace latente en Campana, silencio para recibir a la portentosa talla del Crucificado de Burgos. 

Y, tras él el bello palio de Madre de Dios de la Palma, con los compases fúnebres del Maestro Tejera y la ya clásica espera del Nazareno de las Siete Palabras.

 

 

Tras ella la cruz de Guía que viene desde San Vicente entra en Campana con su primer paso a escasa distancia, para dar paso posteriormente al misterio decimonónico.

Las túnicas bicolor dan a esta Hermandad su característica, siendo además las más antiguas de las conocidas en la actualidad.

La Virgen de la Cabeza, con representación de la Hermandad de Gloria y la Guardia Civil de gala, pone el punto y seguido a las procesiones del Miércoles.

Y llega la esperada Cruz de Guía de Los Panaderos, hermandad que logra, a pesar del frío, que toda la campana esté esperándole.

Novedad también el acompañamiento por primera vez de una representación de la Junta Superior del Ateneo de Sevilla.

El Señor con la recuperada túnica bordada y el también recuperado palio de la Virgen de Regla, pusieron el punto y final al Miércoles Santo, aunque junio nos devolverá la visión de la Dolorosa, pero en esta ocasión Coronada.

Fotos: Francisco Santiago