Arte Sacro
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Fragmento del Pregón de 1991. José María Rubio Rubio.


 Nuestra Señora de la Esperanza de TrianaEl Pregón de la Semana Santa de 1991 tuvo lugar el domingo 17 de marzo en el Teatro Lope de Vega, siendo presentado el pregonero por don Manuel Fernández Floranes, Teniente de Alcalde Delegado de Fiestas Mayores. La Banda Municipal interpretó las marchas "Soleá, dame la mano" y "Amarguras". Por lo que respecta al pregonero, era un médico cofrade de la Esperanza de Triana. Por ello, el fragmento que seleccionamos es el dedicado a Nuestra Señora de la Esperanza:

Todo está consumado. La mañana hace horas que prendió en plenitud de vida y otro año más una lumbre transparente y cálida reverbera claridad en los balcones de Pureza. Por Pelay Correa suena como un rumor de espumas acercándose y una pleamar de rezos mientras los últimos nazarenos, en su ritual Estación de Penitencia, se arrodillan uno a uno ante el Sagrario de la Real Parroquia de Triana.

Ya la mar desborda la mañana abierta y se anega a la orilla de Esperanza. El palio transparenta en sus encajes los altos azulejos de la torre cuando ¡Ahí quedó! Los cuatro zancos tocan el suelo y ya está la Virgen, otro año más, en la puerta centenaria de Señora Santa Ana.(…)

Un hombre, mudo de nacimiento, cogerá unas flores y avanzará hacia el paso de la Virgen hasta tocar sus andas y con una mano en el martillo, como en el rito del mejor capataz de la Señora, otro año más volverá a levantar los ojos hacia su Bondad morena para contemplar en Ella la propia imagen pura y limpia de su alma mientras deposita un ramo de claveles detrás del llamador.

Y será entonces, al sonar el tercer golpe del martillo, cuando el palio se haga gozo contenido rimando al aire la estrofa pura del ritmo y la armonía, tocando el cielo en la levantá más alta, será entonces que otro año más aquel hombre, mudo de nacimiento, volverá hacia Ella sus ojos anegados de lágrimas y un grito, una emoción, un llanto, se escapará diáfano de su garganta muerta, y una palabra ¡Guapa! rotunda, perfecta, clara, volverá a subir hasta los mismos labios de la Esperanza viva, y otro año más Triana entera será testigo de la voz de un hombre mudo que en las puertas de Santa Ana repite, todos los Viernes Santos, el mejor pregón, el más hermoso que jamás pueda hacer un sevillano.

Foto: Juan Manuel Labrador










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