Han pasado siete años y te volvimos a ver, rompiendo el amanecer, en tu pueblo almonteño

Antonio Rendón Domínguez. La conocida popularmente como “venida de la virgen”, que solo se produce cada siete años, ha tenido en esta ocasión un carácter muy especial, ya que ha coincidido con la conmemoración del bicentenario del Rocío Chico.

El martes día 14 de agosto del 2012, fue declarado como año Jubilar Mariano, para la aldea almonteña, por parte del Papa Benedicto XVI y apoyado por el gobierno español.

La Virgen del Rocío salió de su Ermita, ataviada de pastora y cubierta para evitar que la imagen  se dañara con el polvo del camino, hasta llegar al recinto de El Chaparral, sobre las 7,05 del lunes 20 de agosto del 2012, donde unos 20 minutos más tarde, se le ha descubierto el rostro.

Los 15 kilómetros de distancia existente, entre la aldea y el municipio almonteño, con un recorrido nocturno, en el que han acompañado a la Virgen, rodeada de miles de fieles, que han procesionado, también a su lado, como las conocidas “abuelas almonteñas”, unas 40 mujeres que por promesa o tradición, transportan andando los enseres de la Virgen, desde las ráfagas a las coronas o jarrones que adornan su altar.

Los exorno de las calles, por donde pasa la Virgen del Rocío hacia la parroquia almonteña, son verdaderas obras de artes hechas por los vecinos de Almonte. Se trata de una arquitectura efímera basada en madera y papel que representa arcos triunfales, sobre columnas de los más variados estilos arquitectónicos, que van desde el gótico al barroco.

También los almonteños han construido una catedral gótica efímera con los mismos materiales reseñado de una altura de 13 metros, que la Virgen pasa por debajo, hasta alcanzar la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción.

El cansancio, la emoción y el orgullo, se mezclan en las caras de los almonteños al ver ya a su patrona en el altar mayor de la Iglesia Parroquial, donde permanecerá durante nueve meses.

 

 

 

 

Fotos: Antonio Rendón.